Un "ertzaina" que disparó en unos incidentes actuó por "necesidad"

La Audiencia Provincial de Bilbao considera que el ertzaina que disparó varios tiros en los incidentes que tuvieron lugar en febrero de 1997 en una manifestación de HB actuó de manera proporcionada, en el cumplimiento de su deber y ante una "necesidad" "urgente y grave" porque a ningún agente policial le es "exigible el consentir pasivamente su inmolación".El juez le imputó un presunto delito de imprudencia grave con resultado de lesiones (un herido de bala). Durante los incidentes, centenares de manifestantes rodearon a una furgoneta de la policía vasca, golpearon a los agentes y les arrojaro...

La Audiencia Provincial de Bilbao considera que el ertzaina que disparó varios tiros en los incidentes que tuvieron lugar en febrero de 1997 en una manifestación de HB actuó de manera proporcionada, en el cumplimiento de su deber y ante una "necesidad" "urgente y grave" porque a ningún agente policial le es "exigible el consentir pasivamente su inmolación".El juez le imputó un presunto delito de imprudencia grave con resultado de lesiones (un herido de bala). Durante los incidentes, centenares de manifestantes rodearon a una furgoneta de la policía vasca, golpearon a los agentes y les arrojaron tejas, piedras y tornillos. El consejero de Interior, Juan María Atutxa, acudió a la Cámara vasca a explicar la actuación policial en febrero de 1997, hechos en los que 15 ertzainas resultaron heridos y dos civiles con lesiones de bala.

El auto sobresee ahora la causa abierta contra el agente y rechaza el recurso contra todos los policías que actuaron en la algarada presentado por Pedro José Hernando Izkara y varios de los heridos.

La resolución judicial indica que aunque la utilización del arma es "el último recurso" del policía, todos los agentes se encontraron ante una "agresión ilegítima, multitudinaria, grave, no provocada y con grave riesgo para sus vidas".

El auto considera probado que el origen del incidente está en el "intento de asalto a los furgones policiales por parte de los manifestantes" y se señala que los recurrentes intentan, a través de una "técnica propagandística" pero sin pruebas, transferir la culpabilidad a la policía vasca y "desviar la atención pública de los hechos comprometedores de quien inició el conflicto o la agresión".