Montajes por aquí y montajes por allá

Arturo Romaní sugirió ayer, de hecho, que Ronaldo Sullam y James MCMahan, vicepresidentes de la multinacional Air Products en la época de la Operación Carburos, han aportado un documento de marzo de 1990 con una firma, la de Romaní, que no es la suya. Se trata de un fax con el borrador del contrato sobre las opciones (ver reproducción de la izquierda) en inglés.«Por la presente», dice el documento, «el Banco Español de Crédito otorga a Air Products warrants (derechos) para la compra de 672.000 acciones de Carburos Metálicos como contraprestación por el pago de Air Products a Banesto de un prec...

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Arturo Romaní sugirió ayer, de hecho, que Ronaldo Sullam y James MCMahan, vicepresidentes de la multinacional Air Products en la época de la Operación Carburos, han aportado un documento de marzo de 1990 con una firma, la de Romaní, que no es la suya. Se trata de un fax con el borrador del contrato sobre las opciones (ver reproducción de la izquierda) en inglés.«Por la presente», dice el documento, «el Banco Español de Crédito otorga a Air Products warrants (derechos) para la compra de 672.000 acciones de Carburos Metálicos como contraprestación por el pago de Air Products a Banesto de un precio de compra de 2.000 pesetas por cada warrant».

Al final, el borrador decía que «si la modificación de los estatutos de Carburos Metálicos no es aprobada por el Registro Mercantil, Air Products puede rescindir unilateralmente este acuerdo, en cuyo caso las opciones garantizadas serán canceladas y el precio de compra de las opciones será devuelto a Air Products por Banesto».

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Este proyecto de contrato fue enviado por McMahan a Romaní para su firma. Éste, según la versión de McMahan, lo firmó y lo remitió a Air Products. Pero días más tarde Romaní, según McMahan, pidió que se quitara el precio de 2.000 pesetas por opción (lo que mutliplicado por 672.000 títulos daba el valor total pagado de 1.344 millones de pesetas).

El precio se quitó. Pero -pero- se dejó en la versión final el párrafo sobre la devolución «del precio de compra de las opciones por Banesto a Air Products» tal como estaba redactado en el proyecto. Quedó pues el rastro sobre el precio. Romaní, que ahora admite haber engañado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, dice que su firma en el documento aportado por Air Products no es auténtica.

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