El general italiano acusado de beneficiarse de un secuestro era ya investigado por abuso de poder

El general de carabineros Francesco Delfino, detenido el martes por extorsión a la familia del empresario secuestrado Giuseppe Soffiantini, estaba siendo investigado ya por la magistratura de Alessandria (en el noroeste de Italia), por abuso de poder y corrupción. Los hechos de Alessandria se remontan a los años 1988-1992, cuando Delfino era comandante de la legíón de carabineros de la zona y vienen a enturbiar un poco más la hasta ayer brillante hoja de servicios del militar, inspector de la Escuela de Carabineros y uno de los oficiales más eminentes del cuerpo.

Las acusaciones que pes...

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El general de carabineros Francesco Delfino, detenido el martes por extorsión a la familia del empresario secuestrado Giuseppe Soffiantini, estaba siendo investigado ya por la magistratura de Alessandria (en el noroeste de Italia), por abuso de poder y corrupción. Los hechos de Alessandria se remontan a los años 1988-1992, cuando Delfino era comandante de la legíón de carabineros de la zona y vienen a enturbiar un poco más la hasta ayer brillante hoja de servicios del militar, inspector de la Escuela de Carabineros y uno de los oficiales más eminentes del cuerpo.

Las acusaciones que pesan sobre él hacen del suyo "un caso delicado", reconoció ayer en el Parlamento el ministro del Interior, el ex comunista Giorgio Napolitano, pero no ponen en entredicho el buen nombre de la institución. Napolitano compareció en la Cámara de Diputados para responder a una pregunta de la oposición, que ve extrañas conexiones entre el decreto aprobado en marzo pasado por el Ejecutivo. A juicio del Polo, viene a recortar el papel del cuerpo de Carabineros y las investigaciones judiciales que afectan a tres altos oficiales de esa institución. El ministro del Interior aclaró que sólo Delfino está siendo investigado, ya que sobre los generales Mario Mori y Sergio Siracusa no existen cargos.Ayer se supo que Delfino ingresado en la clínica militar Celio de Roma debido a problemas cardiovasculares, estaba siendo investigado por la magistratura de Alessandria, que recibió una acusación anónima que relacionaba la reestructuración de la sede del comando en la zona con el supuesto regalo de un automóvil recibido por el general. Los hechos se remontan al periodo 1988-1992, cuando el general era comandante de la legión de carabineros de Alessandria.

Delfino será sometido a un examen médico para determinar si puede ser trasladado o no a la cárcel de Brescia. El interrogatorio del alto oficial, que ha sido suspendido de su cargo temporalmente, está previsto para mañana mientras su colaborador en el intento de ex torsión a la familia Soffiantini, el ex socio del industrial Giordano Alghisi, fue interrogado ayer en la cárcel de la ciudad lombarda donde está detenido desde el martes.

Nuevos detalles de la orden de arresto firmada por el fiscal de Brescia ponen de relieve aspectos inquietantes de la personalidad de Delfino. El general tenía atemorizada a la familia de Giuseppe Soffiantini, el empresario que permaneció en manos de delincuentes sardos entre junio de 1997 y febrero pasado, de la que había cobrado 85 millones de pesetas y a la que había reclamado otros 45 millones más, aunque sin éxito, para lograr la liberación del secuestrado. La familia, sin embargo, negaba ayer en declaraciones al diario La Repubblica haber sufrido amenazas de Delfino y haber contribuido a su detención y a la de Alghisi.

Pese a ello, y siempre según los datos obtenidos por los magistrados, Alghisi, el hombre que medió entre la familia y el general, fue el que advirtió a los hijos del empresario de Manerbio (Brescia) que no debían reclamar la devolución del dinero entregado a Delfino -la liberación de Soffiantini se produjo por otra vía, tras el pago controlado de un rescate de 450 millones de pesetas a los secuestradores-, asegurando que el general había amenazado con "un tiro en la cabeza" al que llegara con reclamaciones.

El nombre de Delfino, que durante diez años realizó servi cios especiales en el extranjero y que fue el primer y único agente secreto que viajó a Londres para investigar la muerte del banquero Roberto Calvi en junio de 1982, está ligado de una u otra forma a buena parte de los graves sucesos que han marcado la Primera República. Hasta el punto de que el presidente de la comisión parlamentaria que investiga los grandes atentados terroristas o mafiosos, Giovanni Pellegrino, definía ayer en una entrevista el papel de Delfino señalando: "Si el general se decidiese a hablar, podría reescribirse toda la historia de Italia".

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