Papon implora que, aunque sea condenado, no se le trate como si fuera Hitler

, A puerta cerrada y custodiado por la policía, un jurado de nueve personas desgranaba esta madrugada en la Cámara de Deliberaciones del palacio de Justicia de Burdeos si el antiguo secretario general de la Gironda es "cómplice de crímenes contra la Humanidad". Aunque las partes han repetido sistemáticamente que lo que se juzga es el comportamiento de Maurice Papon durante el periodo de Vichy, pocas veces el juicio a un hombre encarna un veredicto simbólico sobre todo un régimen y una época vergonzosa de la historia francesa.

Los jueces y miembros del jurado se encontraban deliberando l...

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, A puerta cerrada y custodiado por la policía, un jurado de nueve personas desgranaba esta madrugada en la Cámara de Deliberaciones del palacio de Justicia de Burdeos si el antiguo secretario general de la Gironda es "cómplice de crímenes contra la Humanidad". Aunque las partes han repetido sistemáticamente que lo que se juzga es el comportamiento de Maurice Papon durante el periodo de Vichy, pocas veces el juicio a un hombre encarna un veredicto simbólico sobre todo un régimen y una época vergonzosa de la historia francesa.

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Los jueces y miembros del jurado se encontraban deliberando la pasada madrugada y sólo podían abandonar la sala tras cumplimentar un formulario de 764 preguntas planteado por el presidente del Tribunal. Fuera del recinto, ante la fachada del imponente edificio escenario de estos seis meses de acusaciones terribles y firmes alegatos, de testimonios estremecedores, varias decenas de hijos de deportados judíos recitaban los nombres, uno a uno, de los 1.690 hombres, mujeres y niños de Burdeos enviados a los campos de exterminio por los servicios que dirigía Maurice Papon Una pancarta recordaba las palabras que el presidente de la República, Jacques Chirac, pronunció en Vel d'Hiv en 1995: "Sí, la locura criminal del ocupante fue secundada por franceses, por el Estado francés".Horas antes, con voz quebrada por la emoción, el acusado de haber ordenado la detención de un total de 72 judíos, había dicho ante el tribunal que "el monstruo frío que se ha intentado fabricar aquí, está en estos momentos alcanzado en pleno corazón".

A lo largo de los 40 minutos que duró su última intervención, el antiguo secretario general de policía de la Gironda y prefecto de París el 17 de octubre de 1961, fecha de la escabechina organizada contra los manifestantes argelinos, pasó de la congoja a la ira para reprochar al fiscal la muerte de su esposa y advertir a los presentes de los peligros que entrañaría su eventual condena.

"La petición de 20 años de reclusión ha sido el golpe de gracia que ha asesinado a esa gran dama", dijo, antes de reclamar al jurado la cadena perpetua o la absolución. "Si ustedes me condenan, condenarán el crimen contra la Humanidad que señala a un monstruo como Hitler o Pol Pot ¿Puede haber un crimen contra la Humanidad al 30%, 40% o 60%? Este crimen no puede se fragmentado. Todo o nada. Culpable o inocente", declaró en voz alta, sabiendo como sabe que desde la perspectiva opuesta ésa es la misma interrogante que se plantean la mayor parte de los letrados de las acusaciones particulares.

"Si me condenan", advirtió, pronto llegará el día en que se juzgue por crímenes contra la Humanidad a los funcionarios que organizan los vuelos charters de los africanos", indicó aludiendo a las expulsiones de territorio francés de los inmigrantes ilegales. En realidad, Maurice Papon, que pese a su colaboracionismo con los nazis llegó a ser ministro de Presupuesto con la democracia, no irá seguramente a la cárcel, aunque sea condenado, ya que en ese caso podrá presentar un recurso de casación y aplazar por largo tiempo el cumplimiento efectivo de la pena.

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Este hombre orgulloso, que osa compararse con el capitán Dreyfus, víctima inocente del compló denunciado por Zola en el célebre artículo Yo acuso, fue presentado ayer por Jean-Marc Varaut, abogado defensor, como un funcionario del régimen colaboracionista de Vichy que tuvo "un papel marginal, subordinado e inútil" en la deportación a los campos de exterminio de los judíos bordeleses.

En su último alegato, el muy capacitado letrado de Papon nada dijo del escrito, exhumado para la vista, en el que el entonces secretario general de la policía de Burdeos se mostraba dispuesto a intervenir ante los alemanes para dejar en libertad a los "judíos interesantes" e implícitamente daba su conformidad para enviar al resto a los campos de la muerte.

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