Argentina sufre en directo la muerte de un niño caído en un pozo

Durante 33 horas las cámaras de la televisión, y a través de ellas los ojos y el corazón de todo el país, se suspendieron sobre la boca de dos pozos de 18 metros de profundidad situados junto a una calle de tierra en las afueras de San Nicolás, unos 180 kilómetros al norte de Buenos Aires. En uno de ellos había caído al mediodía del jueves el niño Christian Quiroz, de cinco años. La madre, entre sollozos y bajo el efecto de los sedantes, cuando aún no sabía que su hijo había muerto, miraba la foto del niño y recordaba una y otra vez lo que había sucedido: 'Veníamos de la escuela. Él estaba con...

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Durante 33 horas las cámaras de la televisión, y a través de ellas los ojos y el corazón de todo el país, se suspendieron sobre la boca de dos pozos de 18 metros de profundidad situados junto a una calle de tierra en las afueras de San Nicolás, unos 180 kilómetros al norte de Buenos Aires. En uno de ellos había caído al mediodía del jueves el niño Christian Quiroz, de cinco años. La madre, entre sollozos y bajo el efecto de los sedantes, cuando aún no sabía que su hijo había muerto, miraba la foto del niño y recordaba una y otra vez lo que había sucedido: 'Veníamos de la escuela. Él estaba contento. Se soltó de mi mano para poder correr. De pronto, desapareció y le oí gritar".A poco menos de dos metros de la boca del pozo donde cayó Christian y después de intentar el rescate con voluntarios que se ofrecieron para llegar hasta él, los bomberos decidieron iniciar la construcción de otro agujero paralelo. Para entonces, la angustia por la suerte del niño se extendía rápidamente. A media tarde del jueves, Christian ya no daba señales de vida a pesar de que se le hacía llegar aire a través de tubos de oxígeno. Algunos vecinos hicieron cadenas de oración permanente y otros acercaron al lugar las imágenes de las vírgenes de las iglesias cercanas, que tienen fama de hacer milagros. José Morales, un experto en la construcción de pozos, logró permanecer más de una hora y media a más de 15 metros de profundidad para modificar la traza. Poco después de las ocho de la noche del viernes, la mano de un bombero tocó la pierna inmóvil de Christian.

El padre del niño dijo que, "sea como sea", alguien pagará por su hijo. En San Nicolás se hicieron más de 30 pozos para buscar agua y la mayoría se tapó con chapas.

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