Demanda por prácticas esclavistas

Una mujer que trabajó para Ford en la Alemania nazi reclama sueldos atrasados, daños y perjuicios

La oscura relación que el pionero del automóvil Henry Ford mantuvo con el régimen nazi vuelve a salir a la luz pública estos días. Un bufete de abogados de Nueva York acaba de demandar a la multinacional Ford por el dinero que ganó gracias a las prácticas esclavistas que tenían lugar en una de sus fábricas en Colonia (Alemania) en los años treinta y cuarenta. La demanda se ha presentado en un tribunal federal de la localidad de Newark (Nueva Jersey, EE UU) en nombre de los supervivientes de esa planta industrial, que alegan que fueron sometidos a condiciones infrahumanas de trabajo y de al...

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La oscura relación que el pionero del automóvil Henry Ford mantuvo con el régimen nazi vuelve a salir a la luz pública estos días. Un bufete de abogados de Nueva York acaba de demandar a la multinacional Ford por el dinero que ganó gracias a las prácticas esclavistas que tenían lugar en una de sus fábricas en Colonia (Alemania) en los años treinta y cuarenta. La demanda se ha presentado en un tribunal federal de la localidad de Newark (Nueva Jersey, EE UU) en nombre de los supervivientes de esa planta industrial, que alegan que fueron sometidos a condiciones infrahumanas de trabajo y de alojamiento, y que nunca fueron remunerados. Ahora reclaman esos sueldos atrasados, aparte de daños y perjuicios.

En la demanda no se especifica la cantidad de dinero exigida a Ford Motor Company, y tan sólo aparece el nombre de uno de los demandantes: Elsa lwanowa, una mujer rusa que en 1942 fue secuestrada por los nazis para trabajar en la citada fábrica y que actualmente reside en Bélgica. Ford ha dicho en un comunicado que su sucursal en Colonia fue tomada por los nazis al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, y que la central en EE UU no tuvo ningún control sobre lo que allí ocurría hasta que terminó el conflicto. Para empezar, los demandantes no se tragan esto. El documento legal presentado el miércoles afirma que los nazis nunca llegaron a confiscar esa sucursal (llamada Ford Werke AG), pues la consideraban una empresa puramente alemana. Su director era un famoso nazi, y las ganancias se guardaban en un fondo que en gran parte fue a parar a las arcas de la central de Ford en Detroit (EE UU) en 1947.

Además, la reapertura de esta polémica ha recordado el pasado germanófilo del mítico Henry Ford, pionero de la industria americana y héroe nacional de EE UU. Siempre arrogante y políticamente incorrecto, Ford elevó la revolución industrial a un nuevo escalafón con la introducción del automóvil a comienzos de este siglo. Pero en la demanda se habla de otro Henry Ford: el amigo de Adolf Hitler, con quien se intercambiaba regalos de cumpleaños y de quien obtuvo un trato favorable para sus operaciones en Alemania.

Henry Ford en sus días llegó a firmar de su puño y letra un panfleto titulado El judío internacional: un problema de escala mundial, en el que, entre otras cosas, hablaba de la manipulación de la prensa y la política por los judíos, su infiltración en el arte y la cultura de EE UU y su protagonismo en el submundo de las mafias y el contrabando. Hitler condecoró a Ford en 1938 con la Gran Cruz de la Orden del Águila.

Aunque no todos los deportados a la fábrica de Colonia eran judíos, la demanda dice textualmente que Ford Motor Company "se enriqueció injustamente al aceptar beneficios económicos sustanciosos" del trabajo forzado de esos obreros. Los nazis deportaron a más de siete millones de personas durante la guerra para contribuir a su industria militar en Alemania, y de ellos, según la demanda, unos 3.000 franceses, rusos, ucranios, italianos y belgas trabajaron en la planta de Ford en Colonia, donde concretamente se fabricaban motores de camión.

Siempre según la demanda, Elsa Iwanowa estaba en su casa de Rostov durante la ocupación en octubre de 1942 cuando una patrulla entró y se la llevó por la fuerza. Posteriormente fue vendida a Ford Werke junto a otros 38 niños, que trabajaban en una línea de producción y dormían en una cabaña de madera sin calefacción ni agua corriente. En su comunicado de réplica , Ford admite que durante años ha estado analizando lo ocurrido en la fábrica de Colonia. Y, aparte de negar de entrada su responsabilidad, la empresa ha dicho que el caso merece un estudio más a fondo antes de adoptar una postura definitiva respecto a la demanda. El abogado que presentó la demanda, Melvyn Weiss, representa también a particulares cuyo patrimonio fue confiscado por los nazis y guardado en bancos suizos. Además, ha anunciado que la rama alemana de Mercedes Benz, Daimler-Benz, también podría ser investigada por fomentar el trabajo forzado durante el nazismo.

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