Los mártires de la guerra civil

Félix Morales, vicepresidente de la Fundación Francisco Franco, aconsejó ayer a Joan Carrera que leyera un libro del obispo de Badajoz, Antonio Montero, que trata sobre los mártires de la Iglesia española, apuntando, precisamente, a uno de los elementos que dificultan más que una propuesta como la del obispo salga adelante.El próximo martes día 17 comienza en Madrid la reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, a la que no podrán asistir ninguno de los obispos de las diócesis catalanas, ni el arzobispo de Oviedo Gabino Díaz Merchán, por hallarse todos ellos en Roma con moti...

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Félix Morales, vicepresidente de la Fundación Francisco Franco, aconsejó ayer a Joan Carrera que leyera un libro del obispo de Badajoz, Antonio Montero, que trata sobre los mártires de la Iglesia española, apuntando, precisamente, a uno de los elementos que dificultan más que una propuesta como la del obispo salga adelante.El próximo martes día 17 comienza en Madrid la reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, a la que no podrán asistir ninguno de los obispos de las diócesis catalanas, ni el arzobispo de Oviedo Gabino Díaz Merchán, por hallarse todos ellos en Roma con motivo de la visita ad limina. Precisamente fue Díaz Merchán, un hombre que vio cómo asesinaban a sus padres delante suyo durante la guerra civil, quien más se opuso a la decisión del papa Juan Pablo II de canonizar a las víctimas católicas de la represión en el bando republicano, planteando personalmente la cuestión en el Vaticano. Sus razones, sin embargo, no fueron atendidas. En los últimos años, Roma ha ido elevando a los altares a numerosas víctimas del conflicto con la categoría de mártires. Mal casaría la disculpa, aseguran fuentes eclesiásticas, con el reconocimiento formal por parte del Vaticano de que las víctimas de un bando merecían el cielo y no las del otro.

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Dentro de la Iglesia española, sin embargo, y por otras razones, se opina que la campaña iniciada "por determinados círculos" no representa el sentir general y que difícilmente la institución puede asumir como suyos los errores cometidos hace más de medio siglo en circunstancias que no se pueden analizar desde el presente. Entre la jerarquía, posturas como la del obispo Carrera no son mayoría.

La opinión de José María Martín Patino reflejaría una síntesis. La Iglesia, dice, cometió "una gran equivocación al inicio de la guerra". Pero añade: "Yo no entiendo qué significa eso de pedir perdón. No me considero autorizado a juzgar a quienes vivieron hace 50 años".

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