Los vecinos critican la tardanza de la Ertzaintza y los bomberos

La tardanza de los efectivos de la Ertzaintza en acudir a imponer orden en San Vicente era ayer la comidilla del barrio baracaldés. "Han tardado muchísimo en llegar", explicaba un adolescente que presenció el ataque desde las txoznas (casetas) de las fiestas.Aunque fuentes de la Ertzaintza aseguraron que la primera patrulla llegó al lugar a los diez minutos de la primera llamada de aviso, minutos antes de la medianoche, una vecina llamada Estibalitz afirmó que la presencia policial se limitó a "cuatro pringados". Desde su balcón vio cómo durante "un buen rato" los jóvenes se movían a sus ancha...

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La tardanza de los efectivos de la Ertzaintza en acudir a imponer orden en San Vicente era ayer la comidilla del barrio baracaldés. "Han tardado muchísimo en llegar", explicaba un adolescente que presenció el ataque desde las txoznas (casetas) de las fiestas.Aunque fuentes de la Ertzaintza aseguraron que la primera patrulla llegó al lugar a los diez minutos de la primera llamada de aviso, minutos antes de la medianoche, una vecina llamada Estibalitz afirmó que la presencia policial se limitó a "cuatro pringados". Desde su balcón vio cómo durante "un buen rato" los jóvenes se movían a sus anchas. "Cruzaron todos los coches aparcados y gritaban '¡Gora ETA!' con los brazos en alto", relataba.

Se llevaron la peor parte los miembros de la familia que vive encima de la sucursal incendiada por los encapuchados. Según recoge Efe, el matrimonio estaba viendo la televisión cuando oyeron los golpes de los que intentaban romper las lunas de la sucursal para arrojar dentro los artefactos incendiarios. La pareja llamó al teléfono de emergencias 088 pero no obtuvo respuesta, por lo que llamó a la policia local y a los bomberos de Ortuella, a tres kilómetros de Barakaldo por autopista, que les comunicaron, en ambos casos, que "enseguida" llegarían. No fue así. Mientras veían elevarse las llamas hasta el tercer piso, el matrimonio repitió sus llamadas al 088, a la guardia urbana y a los bomberos. Al final, abandonaron el piso con su hijo de cinco años. Abajo, una treintena de jóvenes reducían la sucursal a cenizas.

En un comunicado emitido ayer, el alcalde de Barakaldo, el socialista Carlos Pera, señala que "los actos de guerrilla urbana" fueron obra de "grupos radicales perfectamente organizados" y "con consignas y estrategias de actuáción muy bien planificadas para provocar y alterar la pacífica convivencia" y añade que las fiestas del barrio fueron utilizadas para servir de cobertura al ataque. Pera ha convocado un pleno municipal extraordinario mañana, lunes, para condenar el atentado.

Pera, además, manifestó su "total apoyo a las Fuerzas de Seguridad, y especialmente a la Ertzaintza, dado que todos los indicios abocan a pensar que el dispositivo de los violentos iba dirigido a atacar a las dotaciones de la Ertzaintza" que acudiesen al barrio.

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