'Ochenta años'
Me permito enviarle este comentario sobre el artículo Ochenta años, escrito por Miguel García Posada en EL PAÍS del pasado 13 de noviembre (página 24).El artículo, que relata el octogésimo aniversario de la Revolución de Octubre, hace hincapié sobre tres puntos:
1. Los efectos negativos del capitalismo en nuestra sociedad actual.
2. El recuerdo de los principios de igualdad y de mejora en la vida que suponen la base comunista y que todavía no han muerto, según el autor.
3. La mala aplicación de estos principios en esta experiencia histórica que fue el régimen soviét...
Me permito enviarle este comentario sobre el artículo Ochenta años, escrito por Miguel García Posada en EL PAÍS del pasado 13 de noviembre (página 24).El artículo, que relata el octogésimo aniversario de la Revolución de Octubre, hace hincapié sobre tres puntos:
1. Los efectos negativos del capitalismo en nuestra sociedad actual.
2. El recuerdo de los principios de igualdad y de mejora en la vida que suponen la base comunista y que todavía no han muerto, según el autor.
3. La mala aplicación de estos principios en esta experiencia histórica que fue el régimen soviético.
Fue en el desarrollo precisamente de este último punto donde me sorprendió mucho la idea que quiere subrayar el autor en esta frase: "La interpretación judaica del partido como espíritu santo de la revolución llevaba inexorablemente a la dictadura personal o de un grupo". De esta manera, el autor precisa que la mala aplicación de los principios comunistas se debe a esta "interpretación judaica del partido"; pero ¿qué sentido tiene esta frase?, ¿significa que el concepto mismo del judaísmo contiene las premisas de la dictadura soviética?, ¿significa que el partido comunista estaba controlado por los judíos, que tendrían así la culpa del fracaso de este sueno que quería dar cuerpo a las más altas aspiraciones humanas?
Este tipo de razonamiento tiene su paralelismo erróneo y propagandístico de que las finanzas internacionales y el capitalismo mundial están dirigidos por los banqueros judíos. De esta manera, esta "interpretación judaica" (los judíos) no sólo tendría la culpa de dirigir fa potencia capitalista, sino también sería responsable del fracaso del sistema soviético por haber llevado en sus principios la dictadura, que, si no fue la del proletariado, fue la de una minoría.