Un adolescente mata a tres compañeras en un instituto de EE UU

El joven disparó a quemarropa contra un grupo de alumnos que rezaban

Michael Carneal, un estudiante de 14 años calificado por sus profesores como "excelente estudiante" entró en el Heath High School de Paducah, (Kentucky) ayer, como todas las mañanas; en los pasillos se entremezcló con un grupo de alumnos que acababan de terminar una breve ceremonia de rezos; esperó a oír la palabra "amén" y, sin mediar palabra, sacó una pistola y vació las 12 balas del cargador contra los estudiantes. Dos niñas fallecieron en el acto y una más pocas horas después. Otros cinco adolescentes permanecen hospitalizadoscon heridas de bala.

Ben Strong, el estudiante que dirige...

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Michael Carneal, un estudiante de 14 años calificado por sus profesores como "excelente estudiante" entró en el Heath High School de Paducah, (Kentucky) ayer, como todas las mañanas; en los pasillos se entremezcló con un grupo de alumnos que acababan de terminar una breve ceremonia de rezos; esperó a oír la palabra "amén" y, sin mediar palabra, sacó una pistola y vació las 12 balas del cargador contra los estudiantes. Dos niñas fallecieron en el acto y una más pocas horas después. Otros cinco adolescentes permanecen hospitalizadoscon heridas de bala.

Ben Strong, el estudiante que dirige los rezos matinales, fue el que convenció a Michael Carneal para que dejara de disparar. Strong, tratado como un héroe por las -cadenas de televisión, se dirigió hacia Carneal -amigo suyo- cuando estaba disparando y le gritó para que dejara de hacerlo; Carneal dejó entonces la pistola en el suelo, se preguntó de forma entrecortada "¿qué estoy haciendo?" y pidió que alguien le matara. Después se encaminó hacia el despacho del director del colegio, Bill Bond, al que sólo le dijo "lo siento". Bond contó posteriormente que Carneal daba la impresión de haber cometido una travesura sin importancia.Sus compañeros recuerdan que le gustaba identificarse a sí mismo como "ateo convencido" y solía burlarse de los compañeros que rezaban cada mañana.

Una compañera de clase ha contado a varias cadenas de televisión cómo la semana pasada el estudiante autor de los disparos comentaba a sus amigos que "algo grande iba a ocurrir la semana siguiente. Nos decía que hiciéramos lo posible por evitar estar en los pasillos a primera hora de la mañana, pero no nos decía por qué".

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