Editorial:

Una lógica alianza

LA UNDÉCIMA cumbre hispano-francesa se ha celebrado en Salamanca en un ambiente difícil de mejorar. Y esto se debe ante todo a la disposición que Francia está demostrando para colaborar en un terreno de máxima prioridad para España: la lucha contra el terrorismo. Esta cooperación policial y judicial contra ETA ha alcanzado en los últimos meses una notable eficacia. Se han disipado los temores del Ejecutivo conservador español tras la llegada al poder en París de la coalición de izquierdas y especialmente tras el nombramiento de Chevènement en Interior.El presidente francés, Jacques Chirac; su ...

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LA UNDÉCIMA cumbre hispano-francesa se ha celebrado en Salamanca en un ambiente difícil de mejorar. Y esto se debe ante todo a la disposición que Francia está demostrando para colaborar en un terreno de máxima prioridad para España: la lucha contra el terrorismo. Esta cooperación policial y judicial contra ETA ha alcanzado en los últimos meses una notable eficacia. Se han disipado los temores del Ejecutivo conservador español tras la llegada al poder en París de la coalición de izquierdas y especialmente tras el nombramiento de Chevènement en Interior.El presidente francés, Jacques Chirac; su primer ministro, Lionel Jospin, y el presidente español, José María Aznar, han dejado claro que las relaciones bilaterales entre los dos grandes vecinos del suroeste europeo son demasiado importantes para depender del color de los respectivos Gobiernos. Sin duda hay, más allá de la lucha antiterrorista, diferencias de opinión, especialmente en lo que se refiere a la ampliación de la UE y a su financiación, o en las recetas para reducir el paro. Pero no parece aventurado augurar que Francia y España tienen muy sólidos intereses comunes en la política europea.

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Fricciones evitables, como las agresiones a camiones españoles en Francia, no deberían entorpecer en ningún caso una cooperación mediterránea que se hace más necesaria según se refuerza el componente centroeuropeo en la UE. La mejora de conexiones por carretera y ferrocarril o la intensificación de las interconexiones eléctricas, entre otros muchos campos con enorme potencial, son pilares que deben responder a lo que hoy es una relación excelente, que, en interés de ambos países, sólo debe mejorar. Francia y España pueden y deben formar una lógica alianza en el frente europeo. Y hoy no hay realmente obstáculos a este proyecto que tan lejano ha parecido durante tantos años sembrados de desconfianza y prejuicios.

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