Blair sale airoso de su primer escándalo político

Si la oposición conservadora esperaba un terremoto capaz de estremecer al Gobierno laborista, los tories debieron llevarse un chasco. Tony Blair emergió ayer ileso de una ofensiva parlamentaria que intentó vincularlo con un tráfico de influencias y pasó pidiendo, para incomodidad de muchos de sus detractores, la inmediata creación de una comisión para examinar las contribuciones económicas a todos los partidos. Declaró que el suyo no incurrió en falta alguna cuando aceptó una contribución de un millón de libras esterlinas (245 millones de pesetas) del multimillonario presidente de la fórmula 1...

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Si la oposición conservadora esperaba un terremoto capaz de estremecer al Gobierno laborista, los tories debieron llevarse un chasco. Tony Blair emergió ayer ileso de una ofensiva parlamentaria que intentó vincularlo con un tráfico de influencias y pasó pidiendo, para incomodidad de muchos de sus detractores, la inmediata creación de una comisión para examinar las contribuciones económicas a todos los partidos. Declaró que el suyo no incurrió en falta alguna cuando aceptó una contribución de un millón de libras esterlinas (245 millones de pesetas) del multimillonario presidente de la fórmula 1, Bernie Ecclestone, poco antes de eximir al deporte del automovilismo de la prohibición de la publicidad de las tabacaleras.

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Los laboristas, enfrentados a las más clamorosas acusaciones de conducta escandalosa desde que llegaron al poder el pasado mayo, han negado vigorosamente todo vínculo entre la donación y la exención. Y a fin de despejar cualquier duda acerca de la buena fe de sus relaciones con Ecclestone, han anunciado que devolverán el millón donado.Blair, que en la prensa satírica ya es presentado como gemelo del "Marlboro man", el personaje del famoso anuncio de cigarrillos, se impuso a los abucheos conservadores en la Cámara de los Comunes para explicar que la decisión de autorizar la publicidad del tabaco en las carreras de fórmula uno obedecía a "buenas razones" y dijo que fue hecha en consulta con sus socios europeos.

En el plano interno, el primer ministro citó el caso de 8.000 puestos de empleo y el enorme rédito que las famosas competencias automovilísticas entrañan para la industria británica.

Tras una detallada exposición de las gestiones de su Gobierno al respecto, Blair afirmó que cuando detectó que podría haber un "aparente conflicto de intereses" a raíz de la decisión adoptada a finales de la semana pasada, tomó contacto con el secretario general del Partido Laborista, Tom Sawyer, y ambos pidieron el asesoramiento de Sir Patrick Nell, el nuevo presidente del comité parlamentario de Normas de Vida Pública, que aconsejó la devolución del millón. "Nos dio su consejo y lo seguimos al pie de la letra. Era la decisión correcta tomada por las razones correctas", declaró antes de preguntar a la sala: "¿Álguien puede imaginar al Partido Conservador devolviendo una donación?"

A lo largo de sus intervenciones, el primer ministro se presentó como el principal interesado y promotor de una política de transparencia en las finanzas de los partidos. Para ello confirmó que el comité de Sir Patrick Neil examinará con detenimiento cuáles podrían ser los mejores mecanismos para determinar el origen, monto y, si es posible, los propósitos de las donaciones a los partidos políticos.

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Aportaciones legales

Esa comisión también deberá decidir si debe o no haber un límite a las contribuciones en un país donde no es ilegal hacer aportes económicos a las organizaciones políticas antes, durante o después de campañas electorales. Entretanto, Blair anunció que el Gobierno acelerará el trabajo para presentar al Parlamento una serie de medidas legislativas entre las cuales figura la prohibición de donaciones extranjeras y la publicación de los nombres de donantes que entreguen más de 5.000 libras (1,2 millones de pesetas).En medio de vítores de los conservadores, el líder tory, William Hague, intentó arrinconar a Blair proclamando que los laboristas habían quedado sumidos en el "caos y la turbulencia" a raíz del caso fórmula uno. Quizás porque sospechaba que los laboristas podían exigirle allí mismo cuentas sobre las donaciones que recibe su partido, pasó inmediatamente a enumerar lo que calificó de "promesas rotas "por los laboristas en el campo de la educación, pensiones y subsidios invernales.

Varias versiones periodísticas señalaban ayer que el Partido Conservador había recibido contribuciones por un valor de 10 millones de dólares (1.450 millones de pesetas) del mismo Ecclestone y algunos comentaristas sugirieron que el monto podía incluso ser mayor.

"Hoy puedo confirmar que hemos pedido a Sir Patrick que efectúe una revisión en toda el área de financiamiento de los partidos: si se debería dar a conocer la identidad de los donantes; si debería existir un límite para las donaciones individuales; un límite para los gastos o si deberíamos hacer arreglos diferentes como aumentar las subvenciones estatales [a los partidos]", declaró Blair. "Es hora de que se haga una investigación al respecto", agregó.

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