Serra defiende la la transparencia del 'cuponazo'

El ministro de Defensa, Eduardo Serra, defendió ayer en el Congreso la designación de los excedentes de cupo mediante un sorteo público -al que los jóvenes asistentes se referían como el cuponazo-, porque así se "garantizan la igualdad de oportunidades y la transparencia".Fuentes de Defensa admitieron que el procedimiento empleado para el sorteo "puede ser técnicamente imperfecto", pero subrayaron que se ha actuado "con absoluta transparencia y buena fe", tras consultar con los técnicos del ministerio y de la Lotería Nacional. A su juicio, las diferencias de probabilidad que pudieran existir e...

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El ministro de Defensa, Eduardo Serra, defendió ayer en el Congreso la designación de los excedentes de cupo mediante un sorteo público -al que los jóvenes asistentes se referían como el cuponazo-, porque así se "garantizan la igualdad de oportunidades y la transparencia".Fuentes de Defensa admitieron que el procedimiento empleado para el sorteo "puede ser técnicamente imperfecto", pero subrayaron que se ha actuado "con absoluta transparencia y buena fe", tras consultar con los técnicos del ministerio y de la Lotería Nacional. A su juicio, las diferencias de probabilidad que pudieran existir entre las cifras quedaban paliadas con el hecho de que la adjudicación a cada joven del número que le correspondía en el sorteo se hubiera hecho de forma aleatoria con un programa informático.

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El problema está en que esta adjudicación se realizó hace ya varios días en la sede del Ministerio de Defensa y sin ningún tipo de publicidad. El Real Decreto ley 17/1997, de 10 de octubre pasado, por el que se reinstauró el excedente de cupo, modificando para ello la ley del Servicio Militar, señala que la determinación de los excedentes se realizará "por medio de un sorteo público en el que quede garantizada la igualdad de oportunidades".

Por lo demás, el sorteo celebrado ayer en Madrid tuvo un sabor agridulce. La extracción de cada una de las bolas que iban formando el número de la suerte era acogida con murmullos por las más de 300 personas congregadas, en su mayoría jóvenes que debían hacer el servicio militar el año próximo o sus familiares. La lectura de la cifra final provocó algún aplauso aislado y un generalizado suspiro de decepción.

No podía ser de otra forma, ya que sólo uno de cada diez jóvenes resultó agraciado por los bombos. Entre los decepcionados, el caso más insólito lo protagonizó Mario Rodríguez Medina, un vecino de Móstoles de 18 años, declarado excedente de cupo. El joven explicó que hace dos años suspendió las pruebas de ingreso en el Instituto Politécnico del Ejército y que pretendía aprovechar -el servicio militar para reengancharse como profesional.

El general, Alfredo Ezquerra, subdirector de Reclutamiento, se precipitó a comunicarle que nada le impedía hacer la mili si ése era su deseo, aunque este supuesto no esté previsto en el decreto ley sobre el excedente de cupo y haya que apelar directamente al artículo 30 de la Constitución, que consagra el deber "y el derecho" que tienen todos los españoles de defender a España.

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