La Embajada ayuda a volver a Eapaña a parte de los temporeros de Holanda

Las condiciones en las que se encontraban los españoles que la agencia de trabajo temporal Ago trasladó a Holanda no eran lo que parecían. Realizan larguísimas jornadas laborales, no reciben asistencia médica adecuada y viven en malas condiciones de higiene en los centros de trabajo y en los albergues donde se les ha alojado. Cerca de la mitad regresaron ayer en autobús a sus puntos de origen, después de la intervención de la Consejería Laboral de la Embajada de España en La Haya.

El pasado día 6 comenzaron a llegar los, primeros autobuses procedentes de Valencia con unos 400 jóvene...

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Las condiciones en las que se encontraban los españoles que la agencia de trabajo temporal Ago trasladó a Holanda no eran lo que parecían. Realizan larguísimas jornadas laborales, no reciben asistencia médica adecuada y viven en malas condiciones de higiene en los centros de trabajo y en los albergues donde se les ha alojado. Cerca de la mitad regresaron ayer en autobús a sus puntos de origen, después de la intervención de la Consejería Laboral de la Embajada de España en La Haya.

El pasado día 6 comenzaron a llegar los, primeros autobuses procedentes de Valencia con unos 400 jóvenes, en su mayoría entre 20 y 30 años, contratados para participar en las campañas de Navidad que comienzan todos los años por esta época. La agencia holandesa Ago contactó con una empresa de contratación temporal en Valencia, Juventud Profesional, que se en cargó de la selección de los trabajadores y de mandarlos en autobús a Holanda, donde se les alojó en dos albergues juveniles en dos pequeñas localidades al oeste del país. Tras muchas conversaciones, EL PAÍS logró que la empresa accediera a desvelar el pasado sábado dónde vivían algunos de estos inmigrantes temporales y pudo conversar con los que allí se encontraban, que manifestaron estar satisfechos de su situación. Sin embargo, la impresión de otros muchos, a los que la empresa se había ocupado de llevar de excursión, parece muy diferente.Cuando la Consejería Laboral y de Asuntos Sociales de la Embajada de España contactó con Ago para pedir una relación de los trabajadores y los lugares de trabajo no obtuvo más que evasivas, por lo que el consejero, Francisco Soriano, ordenó que se iniciaran averiguaciones. El informe laboral no deja lugar a dudas sobre las condiciones en las que se encontraban.

De los 100 trabajadores alojados en el albergue de Elst, cuya existencia la empresa ocultó a este periódico, la mayoría no había recibido copia del contrato de trabajo y, según el funcionario Ángel Presa, que realizó la investigación, los pocos que enarbolaron un documento tenían un, contrato tipo del Ministerio de Trabajo en el que no constaban las condiciones laborales ni estaba sellado por el Inem.

Los trabajadores, que estaban desarrollando su actividad en una cadena de montaje donde se confeccionan centros de mesa ornamentales navideños, "realizaban jornadas que comenzaban a las cinco de la mañana y llegaban a prolongarse hasta las 10.30 de la noche", explicó Soriano cuando regresaba de asegurarse de que los españoles que lo desearon partían de vuelta en cuatro autobuses.

En Elst los trabajadores están alojados en dormitorios de entre 20 y 24 personas que comparten hombres y mujeres, sin anuarios donde dejar sus cosas y con un número de servicios sanitarios que la Embajada española considera "insuficiente para el número de personas allí alojadas". No había médico -un trabajador con una fuerte infección no recibió asistencia sanitaria hasta pasados dos días- y desde que llegaron fueron trasladados en varias ocasiones de uno a otro albergue, siempre al fin de la jornada laboral y bien entrada la noche.

El miércoles, a un centenar les rescindieron los contratos. Les dijeron que no volvieran porque no les podían ya asegurar el pago. Los representantes de la embajada tuvieron que intervenir para que les dieran de comer y encontrar colchones y mantas para pasar la noche.

Espejismos

El director de la empresa holandesa, Frank 't Jong, declaró a EL PAÍS que había tenido diferencias con la empresa Juventud Profesional y as a que ha cumplido con todo lo acordado. Reconoce "que hubo ciertos problemas al principio" y aunque acepta los puntos principales del informe de la Embajada española, asegura que hizo todo lo posible por arreglarlo. "Llegamos a buscar un cocinero español y un médico cuando fue necesario", aseguró ayer desde Inglaterra.La Embajada española ha contactado con el sindicato mayoritario en Holanda, FNV, que dirigió el martes una carta a la empresa holandesa avisando que había detectado irregularidades, y junto a los representantes españoles va a inspeccionar los lugares donde se encuentra el resto de los temporeros.

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