Racismo en la propia casa

Los medios de comunicación social nos hacen despertar periódicamente a un mundo de relaciones que creíamos hipócritamente ausente de nuestros suelos patrios: el racismo. Muchos españoles piensan cándidamente que los racistas son las otras personas, y quedan sorprendidos ante la violencia étnica en la propia casa: parece como si Narciso se hubiera mirado en el espejo y, de pronto, hubiese descubierto su trasero." 1997, año europeo contra el racismo". Respuesta social: Mijas, construcción de guetos en los albores del siglo XXI. Me quedo atónito al escuchar la pretensión de albergar en la localid...

Los medios de comunicación social nos hacen despertar periódicamente a un mundo de relaciones que creíamos hipócritamente ausente de nuestros suelos patrios: el racismo. Muchos españoles piensan cándidamente que los racistas son las otras personas, y quedan sorprendidos ante la violencia étnica en la propia casa: parece como si Narciso se hubiera mirado en el espejo y, de pronto, hubiese descubierto su trasero." 1997, año europeo contra el racismo". Respuesta social: Mijas, construcción de guetos en los albores del siglo XXI. Me quedo atónito al escuchar la pretensión de albergar en la localidad de Mijas (Málaga) a unas familias gitanas en casas portátiles a 18 kilómetros del pueblo, en lo alto del monte, sin

la más mínima garantía de convivencia e integración social de la que tanto precisa el pueblo gitano.

Con este escrito quiero hacer un llamamiento a la conciencia de la sociedad en general y de los políticos en particular, ya que son presuntamente los representantes de las demandas de la sociedad, para que condenen y solucionen estas actitudes tan xenófobas y racistas que a lo único que conducen es a fomentar el odio y a incrementar las diferencias entre razas. ¿Cómo es posible que un pueblo como Mijas vote mayoritariamente a un partido de izquierdas (PSOE) y luego practique la intolerancia, la insensibilidad más retrógada de la derecha?

Si a las minorías étnicas se las aísla de la sociedad, nadie tendrá derecho a quejarse ni acusar a otro de insociable, de inculto, de delincuente; puesto que si en vez de mirar siempre la paja en el ojo ajeno se quitan antes su propia viga, no convertirían a las víctimas en culpables.

Las excusas administrativas no me sirven, porque el trasfondo de sus pretensiones era y es recluir a los gitanos en dichos guetos encubiertos, porque saben que si no es así éstos exigirían más derechos y pondrían en cuestión la conciencia de estas gentes, que, como se ha demostrado, es nula. Por eso yo, como gitano y como persona de izquierdas, muestro mi más enérgica protesta por estos hechos.-