Entrevista:

"Sería una desgracia que el 'movimiento blanco' se transformara en un partido político"

Stefaan de Clerck es la cara del Gobierno belga. en el caso Dutroux. Defiende el trabajo del Ejecutivo en el último año, se opone a que los padres de las víctimas formen un partido político y asegura que el caso Di Rupo, el ministro falsamente acusado de pedofilia, ha cuestionado la acusación de que los pederastas actúan en Bélgica bajo la protección de las altas esferas.Pregunta. Un año después del caso Dutroux, los belgas están depecionados. Creen que nunca se sabrá toda la verdad y que el Gobierno no ha hecho lo suficiente.

Respuesta. Hemos hech...

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Stefaan de Clerck es la cara del Gobierno belga. en el caso Dutroux. Defiende el trabajo del Ejecutivo en el último año, se opone a que los padres de las víctimas formen un partido político y asegura que el caso Di Rupo, el ministro falsamente acusado de pedofilia, ha cuestionado la acusación de que los pederastas actúan en Bélgica bajo la protección de las altas esferas.Pregunta. Un año después del caso Dutroux, los belgas están depecionados. Creen que nunca se sabrá toda la verdad y que el Gobierno no ha hecho lo suficiente.

Respuesta. Hemos hecho un trabajo enorme, pero hace falta tiempo para que se perciban sus efectos. Hemos hecho 75 proyectos de ley. Cuesta mucho mover este tren de medidas, que han de pasar por el Consejo de Ministros, por el Parlamento, por el Consejo de Estado, y luego bajar sobre el terreno y hacer que sea aplicado por los magistrados, los abogados, las víctimas, todo el mundo. Todo este trabajo se tendrá que juzgar a final de siglo.

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P. La investigación del Parlamento sobre el caso Dutroux pareció devolver la confianza en las instituciones. Pero la ausencia de sanciones para el ex ministro Melchior Wathelet y el fiscal de Bruselas Benoit Dejemeppe ha desenterrado las dudas.

R. Las conclusiones de la comisión Dutroux han tenido una gran importancia. Pero el informe sobre responsabilidades individuales aún no está terminado. La gente ha tendido a condenar por adelantado a todas las personas mencionadas por el Parlamento. Pero la condena sólo se puede confirmar cumpliendo los procedimientos legales. Y en eso estoy. Sobre el señor Dejerneppe, el, procedimiento aún está en marcha.

P. ¿Y el ex ministro Wathelet?

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R. Wathelet se ha marchado de la política. ¿Cómo se puede sancionar a alguien que ahora no es un político, sino un magistrado? Eso no quiere decir que no habrá sanciones para nadie.

P. El proceso contra Dutroux no se espera hasta 1999. La gente tiene la sensación de que no se sabe nada.

R. El problema es que el caso Dutroux se ha ampliado de una manera fabulosa con informaciones sobre la casi totalidad de asuntos relacionados con la delincuencia sexual. Todo el mundo ha dicho "yo sé esto, yo sé aquello". Hay una masa enorme de elementos nuevos que hay que tratar. Y eso exige un trabajo muy específico. Estamos obligados a guardar y tratar todas las otras informaciones que a lo mejor no se refieren directamente al caso Dutroux, pero que pueden ser interesantes en la lucha contra toda la delincuencia sexual. También lo que ocurre más allá de Bélgica. Cuando se descubren vídeos de pedersatia en Francia o. en España nos preguntamos si pueden tener alguna relación con nosotros. ¿Se reconoce en ellos a las mismas personas? ¿Quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿Quién los ha vendido? .Hay que crear vínculos entre todos los países para estudiar eso.

P. Le Soir ha publicado una encuesta inquietante. Un 40% de encuestados estaría dispuesto a votar por un eventual Partido Blanco si lo crearan los padres de las víctimas de Dutroux.

R. Yo tengo mucha simpatía y mucho respeto por los padres. Entiendo que han jugado un papel muy importante en Bélgica. ¿Pero quiere decir eso que tienen que jugar un papel político? La mayoría de ellos han afirmado muchas veces que su papel no es político en el sentido de partido político, sino en un sentido amplio. Sí, se tienen que movilizar, tienen que ser críticos, tienen que seguir de cerca todas las investigaciones. Por supuesto, son libres de presentarse como candidatos en las próximas elecciones, y si lo hacen ya veremos qué pasa. No quiero impedirles que lo hagan, desde luego, pero decir que el movimiento blanco tiene que ser un movimiento político en el sentido de un partido creo que sena un error porque el espíritu blanco es un espíritu mucho más general: es la emancipación del ciudadano. Pero no sólo para ganarse el pan, sino para encontrar una plusvalía: más justicia, más humanidad.

P . Pero un partido blanco que rechaza a los partidos tradicionales en nombre de la justicia popular no se sabe si está más cerca del anarquismo o de la extrema derecha...

R. Ése sería el gran riesgo de lo que llamamos la recuperación del movimiento blanco. No es algo que se tenga que recuperar. Es, una forma de ideal. Un ideal de emancipacipación y de espiritualización de la vida. Desde el momento en que eso se reduzca a un partido político y los comités blancos se transformen en un Partido Blanco, quizá tengan muchos votos la primera vez, muchos votos de protesta. Pero, a mi juicio, eso sería una desgracia.

P. ¿El caso Di Rupo ha sido la evidencia de una conspiración policial contra los políticos y de los excesos de llamar a la delación sistemática?

R. Es cierto que ha contribuido a crear un ambiente de revancha. Se ha intentado atacar a no importa quién por no importa qué. A nivel de las altas personalidades, desde el principio todo el mundo hablaba de protecciones y de que había grandes personalidades afectadas por el caso. En esa atmósfera hemos vivido el caso Di Rupo. El rozar los límites con el teléfono verde nos ha provocado problemas como el caso Di Rupo, pero también nos ha permitido trabajar para aclarar si la pista de las grandes protecciones es cierta o falsa. Y es muy importante que eso quede claro, porque si no en nuestra sociedad siempre planearán las dudas sobre la existencia de protecciones. Y eso es malo para la democracia.

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