Matutes dice que no es él quien fija la fecha de su salida del Gobierno

La presencia de españoles en altos cargos internacionales es la mejor prueba de la creciente influencia de España en el mundo, en opinión del ministro de Exteriores, Abel Matutes, que ayer hizo un balance de sus 14 meses en el Gobierno ante parlamentarios del PP. Matutes, cuyo relevo en el Gobierno como consecuencia del infarto de miocardio que sufrió el pasado mes de mayo se da como seguro para después del verano, señaló ayer que no es él quien debe fijar la fecha de su salida del Gobierno.

El hecho de que personalidades españolas estén en cargos directivos de la OTAN, la UNESCO, el Pa...

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La presencia de españoles en altos cargos internacionales es la mejor prueba de la creciente influencia de España en el mundo, en opinión del ministro de Exteriores, Abel Matutes, que ayer hizo un balance de sus 14 meses en el Gobierno ante parlamentarios del PP. Matutes, cuyo relevo en el Gobierno como consecuencia del infarto de miocardio que sufrió el pasado mes de mayo se da como seguro para después del verano, señaló ayer que no es él quien debe fijar la fecha de su salida del Gobierno.

El hecho de que personalidades españolas estén en cargos directivos de la OTAN, la UNESCO, el Parlamento Europeo, el Tribunal Europeo de Justicia, la Asamblea Parlamentaria de la UEO y la OSCE y que el enviado enviado especial de la UE para Oriente Próximo o el Alto Representante para Bosnia sean españoles son la prueba de la creciente influencia de la política exterior española, afirmó Matutes en conferencia de prensa.El ministro destacó la continuidad de la política exterior. La elección de Madrid como sede de una reunión "histórica" de la OTAN es, según Matutes, otro ejemplo de la influencia de la diplomacia española en el mundo.En relación a la cumbre, Matutes aseguró que las aguas que separan el archipiélago canario de la península son una zona de "interés compartido" entre los mandos atlánticos y europeo de la OTAN y no suponen ningún problema para la integración de España en la nueva estructura de mandos de la Alianza.

Sobre el contencioso de Gibraltar, el ministro volvió a recordar que Londres no puede traspasar la soberanía del Peñón a nadie que no sea España, y subrayó la oferta formulada a los gibraltareños para alcanzar una solución negociada, que no sólo mantendría sus actuales ventajas sino que eliminaría los inconvenientes de la dependencia británica.

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