Editorial:

ETA es el error

POR MILÍMETROS salvó la vida ayer Javier Pérez Aja, un militante socialista tiroteado en el barrio bilbaíno de Rekalde. Se trata del duodécimo atentado con víctimas en lo que va de año. En nueve ocasiones, los terroristas lograron su objetivo: matar seres humanos; en el resto, el azar evitó ese desenlace, aunque no siempre secuelas que marcarán a las víctimas de por vida.Esa secuencia de veinte o treinta familias destrozadas al año demuestra que lo único que no ha cambiado desde aquel 154 de las primeras elecciones democráticas es la voluntad de matar de ETA. Ha habido decenas de elecciones -q...

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POR MILÍMETROS salvó la vida ayer Javier Pérez Aja, un militante socialista tiroteado en el barrio bilbaíno de Rekalde. Se trata del duodécimo atentado con víctimas en lo que va de año. En nueve ocasiones, los terroristas lograron su objetivo: matar seres humanos; en el resto, el azar evitó ese desenlace, aunque no siempre secuelas que marcarán a las víctimas de por vida.Esa secuencia de veinte o treinta familias destrozadas al año demuestra que lo único que no ha cambiado desde aquel 154 de las primeras elecciones democráticas es la voluntad de matar de ETA. Ha habido decenas de elecciones -que han desautorizado la pretensión de los terroristas de hablar en nombre del pueblo vasco-, Gobiernos de distinto signo, ocasiones reiteradas de desenganche para los activistas. No es cierto que lo único que se ha intentado haya sido la represión, como sostienen algunos falsos ingenuos: si ETA sigue matando es porque quiere seguir matando, no porque haya motivos que justifiquen el recurso a la violencia, y porque algunas personas temen, con razón, que sin su proximidad a les pistoleros nadie les haría caso.

Más información

Una comunicación telefónica, realizada aparentemente en nombre de ETA, informaba anoche de que se había tratado de un trágico error. Pero el error es ETA. Los vascos serían los primeros en agradecer a esa organización el paso que esperan de ella: su autodisolución. Pero para ello hace falta valor; más que para tirotear a un hombre que pasea por la plaza del barrio y muchísimo más que para ordenar hacerlo y reivindicarlo luego en un comunicado.

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