Borrell acusa al Gobierno de facilitar la "apropiación" de empresas públicas

Las grandes empresas públicas que el PP privatizará en su totalidad van a ser administradas por un grupo selecto de personas, cuyo único común denominador es haber encontrado en algún momento de su vida al señor Aznar; ese grupo de personas, con su apoyo [del presidente del Gobierno], está procediendo en España a algo más que a una privatización, estamos asistiendo a una apropiación".

En estos términos y en un tono general de gran dureza se produjo ayer el portavoz de Presupuestos del Grupo Socialista, José Borrell, al interpelar al Gobierno sobre la aplicación de los ingresos obtenido...

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Las grandes empresas públicas que el PP privatizará en su totalidad van a ser administradas por un grupo selecto de personas, cuyo único común denominador es haber encontrado en algún momento de su vida al señor Aznar; ese grupo de personas, con su apoyo [del presidente del Gobierno], está procediendo en España a algo más que a una privatización, estamos asistiendo a una apropiación".

En estos términos y en un tono general de gran dureza se produjo ayer el portavoz de Presupuestos del Grupo Socialista, José Borrell, al interpelar al Gobierno sobre la aplicación de los ingresos obtenidos por la privatización de empresas públicas.Sorprendentemente, y sin que se recuerde un antecedente parecido, ningún grupo parlamentario intervino en el debate. Ni el Grupo Popular para apoyar la posición del ministro de Industria, Josep Piqué, ni ningún otro para fijar su posición.

El ex ministro de Transportes y Obras Públicas logra en cualquier intervención parlamentaria la atención de la Cámara. Ayer también, porque desde que subió a la tribuna decidió utilizar el látigo sin contemplaciones. Lamentó insistentemente que el vicepresidente segundo del Gobierno, Rodrigo Rato, no estuviera presente y comenzó a golpear dialécticamente asegurando que el Partido Popular engañó "al país en su programa electoral y lo continúa engañando con especial contumacia y reiteración".

Según Borrell, el programa electoral aseguraba que el resultado de la privatización de empresas públicas se dedicaría a la amortización de deuda y no a la financiación del déficit mientras que, aseguró, varios ministros del Gobierno "dicen exactamente lo contrario y prometen que con cargo a los recursos de privatizaciones se arreglarán todos los problemas del país".

Borrell atacó luego el flanco de las remuneraciones y preguntó si el presidente de Telefónica, Juan Villálonga tiene un sueldo cinco veces superior al que tenía su antecesor Cándido Velázquez. Preguntó también si es cierto que el presidente de Repsol, Alfonso Cortina, tiene un sueldo tres veces mayor que el de Óscar Fanjul.

Después Borrell calificó de "vergüenza" el que "miembros del Consejo de Privatizaciones, que han informado la venta total de Telefónica, se sienten hoy en el consejo de la compañía con 36 millones de sueldo al año.

El ex ministro acusó al PP de estar "liquidando y esquilmando el patrimonio de este país, acumulado en muchos años" y, en su réplica al ministro, le aseguró que el Gobierno socialista nunca hubiese "dejado el capital de Telefónica al 100 por 100. Y si volvemos al Gobierno", prosiguió, "habrá una presencia pública en el capital de Telefónica, porque una empresa de servicio público, garante de un bien que crea cohesión social y territorial, no puede abandonarse a los criterios puros del mercado".

El ministro de Industria respondió que los ingresos por privatizaciones en el ejercicio actual estarán entre 1,5 y 1,6 billones de pesetas y justificó las disparidades de los presupuestos del Estado y de la SEPI porque la evolución de los mercados ha hecho que los ingresos sean más altos que los previstos.

También aseguró que esos ingresos se destinarán a amortizar deuda pública, a financiar infraestructuras y a "otras aportaciones de capital". El ministro dio seguridades de que el dinero de las privatizaciones no servirá para financiar gasto corriente.

Piqué reprochó a Borrell sus acusaciones y le recordó que el Gobierno socialista privatizó el 90% de Repsol y "un porcentaje importantísimo de Telefónica". También le criticó por "hipotecar el futuro de las nuevas generaciones, acumulando el ingente volumen de deuda" que dejó el Gobierno socialista.

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