La segunda Intifada se cobra el primer muerto

La nueva Intifada palestina ya tiene su primer mártir: Abdala Halil Salah, de 20 años, que falleció ayer a consecuencia de un balazo mortal en la espalda disparado por soldados israelíes en una aldea próxima a Ramala. Con este grave incidente, el día de la tierra árabe, que se celebra hoy, se aguarda con aprensión. Es lo último que se necesitaba en Oriente Próximo para enturbiar aún más las relaciones entre palestinos e israelíes y poner aún en mayor riesgo todo el entramado del proceso de paz.

"Su muerte es una declaración de guerra", declaró el ministro de Finanzas de la Autoridad...

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La nueva Intifada palestina ya tiene su primer mártir: Abdala Halil Salah, de 20 años, que falleció ayer a consecuencia de un balazo mortal en la espalda disparado por soldados israelíes en una aldea próxima a Ramala. Con este grave incidente, el día de la tierra árabe, que se celebra hoy, se aguarda con aprensión. Es lo último que se necesitaba en Oriente Próximo para enturbiar aún más las relaciones entre palestinos e israelíes y poner aún en mayor riesgo todo el entramado del proceso de paz.

"Su muerte es una declaración de guerra", declaró el ministro de Finanzas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mohamed Nashashibi. "El Gobierno de Israel es responsable de cada gota de sangre que se derrame", decretó por su parte el ministro de Información palestino, Yasir Abed Rabo.Los palestinos que recibieron el cadáver lo cubrieron con su bandera y dijeron que algún día sus restos descansarían en Yabal Abu Ghneim, la colina árabe donde el Gobierno derechista de Benjamín Netanyahu está construyendo un barrio judío a pesar de la condena internacional y las claras advertencias de guerra de sus vecinos. Yabal Abu Ghneim, donde Israel quiere construir Har Homa (literalmenrte el Muro de la Montaña), es el epicentro de la crisis que amenaza con echar por tierra con el histórico pacto de paz firmado en Madrid en 1992.

En este ambiente de violencia y pesimismo se cree imprescindible la presencia de la propia secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, para tratar de evitar una nueva guerra.

Tras 10 días de violencia entre soldados israelíes y jóvenes palestinos, judíos y árabes reclaman con urgencia la atención de Washington. "Por ahí una señora nos trae una solución", dijo un sastre palestino con escepticismo. Así de simple fue el mensaje esencial con el cual el mediador norteamericano Dennis Ross regresó a Washington tras una gira relámpago. Las posibilidades de que haya diálogo entre los palestinos e israelíes son remotas.

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