NUEVO FRENTE EN LOS BALCANES

Con Brindisi saturada, Italia desvía los barcos hacia otros puertos

"Allí no se puede vivir", dice Najimi Lame, de unos cincuenta años, que afirma ser jefe de Policía Militar de Durres y desembarca satisfecho en Brindisi con su mujer y sus dos hijas. Italia, la América de los albaneses que nutren sus sueños con la televisión italiana y luego se desencantan, se vio obligada anoche a pedir que los barcos se dirijan hacia otros puertos al saturarse la capacidad de acogida de Brindisi

"Queremos trabajar. No hemos venido aquí para estar encerrados", protesta Vassilvere, que declara tener 16 años y comienza a mostrarse impaciente por las condiciones del exili...

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"Allí no se puede vivir", dice Najimi Lame, de unos cincuenta años, que afirma ser jefe de Policía Militar de Durres y desembarca satisfecho en Brindisi con su mujer y sus dos hijas. Italia, la América de los albaneses que nutren sus sueños con la televisión italiana y luego se desencantan, se vio obligada anoche a pedir que los barcos se dirijan hacia otros puertos al saturarse la capacidad de acogida de Brindisi

"Queremos trabajar. No hemos venido aquí para estar encerrados", protesta Vassilvere, que declara tener 16 años y comienza a mostrarse impaciente por las condiciones del exilio apenas 48 horas después de su llegada. Arriban en pequeños pesqueros que son pura chatarra oxidada y a ojo, porque carecen de instrumentos. Así se explica que, en el mejor de los casos, como es el del Val frio, donde han viajado Najimi y su familia, empleen 12 horas en cubrir un trayecto de tres y media.Aunque su número es difícil de determinar, porque la media docena de pesqueros que ayer atracaron en Brindisi obligan a sumar unos mil refugiados más a los 1.600 censados por las autoridades, es evidente que no representan ningún problema comparable a los 25.000 albaneses que, hace seis años, se presentaron de repente en este mismo puerto.El subsecretario de Interior, Nicola Sinisi, enviado para despejar "alarmas innecesarias", sostenía, apoyándose en datos sobre los barcos que todavía quedan en Albania, que no hay por qué temer una oleada. Añadía que el programa de acogida es capaz de afrontar la situación, y que ésta no es en absoluto crítica. Sin embargo, horas más tarde, el gobernador civil de Brindisi tuvo que pedir el desvío a otros puertos de futuras embarcaciones procedentes de Albania por haberse saturado los centros de acogida de la ciudad. Los 264 ocupantes de un barco de guerra que sufrió una avería y que iban a ser trasladados a Brindisi, fueron finalmente conducidos al puerto de Otrante. Esta madrugada, los guardacostas procedían a rescatar, en medio de un fuerte temporal, a los pasajeros de un segundo navío militar, encallado a un kilómetro de la costa.Tras desembarcar, los albaneses son son identificados, con medios técnicos si carecen de documentos. Sinisi reiteró que no se les concederá un asilo político colectivo, porque "la situación en Albania no es de guerra", pero sí "un permiso de estancia humanitario, por un periodo brevísimo" que fijó en "unos tres meses". Hasta su repatriación, permanecerán en los centros de acogida, salvo si pueden dar la dirección o el teléfono de un familiar residente en Italia que les reclame.No tiene intencón de volver el físico Aleksej, que pese a su nombre es español, de unos 40 años, nacido en Albania de una niña de la guerra trasladada a Moscú desde Tolosa (Guipúzcoa). Su hijo, Derand, de 9 años, cuenta en perfecto castellano cómo se disparaba en Tirana. "Una situación terrible", dice la esposa. Esta familia fue evacuada el viernes junto con un joven gallego que enseñaba inglés y griego en Albania. Ayer se hallaban en Roma, para ser repatriados por la Embajada española.

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