"¿Cerrarás, no?"

En Llodio, Álava, paró ayer el 100% del comercio. Las grandes industrias de las afueras de la segunda localidad más grande de Álava mantuvieron mayoritariamente el ritmo de trabajo, pero los comerciantes no abrieron. Herri Batasuna distribuyó cartas reclamando el cierre, pero en un pueblo en el que todos se conocen, las presiones no necesitan un sobre para llegar a su destino."Cuando una docena de clientes habituales te preguntan en poco tiempo: mañana cerrarás ¿no?", sabes perfectamente que más qué una cuestión es una obligación", indicó ayer uno de los afectados. Si además miran alrededor y ...

En Llodio, Álava, paró ayer el 100% del comercio. Las grandes industrias de las afueras de la segunda localidad más grande de Álava mantuvieron mayoritariamente el ritmo de trabajo, pero los comerciantes no abrieron. Herri Batasuna distribuyó cartas reclamando el cierre, pero en un pueblo en el que todos se conocen, las presiones no necesitan un sobre para llegar a su destino."Cuando una docena de clientes habituales te preguntan en poco tiempo: mañana cerrarás ¿no?", sabes perfectamente que más qué una cuestión es una obligación", indicó ayer uno de los afectados. Si además miran alrededor y ven que al alcalde del PNV, Toño Aiz, le llueven las amenazas, al igual que al parlamentario del PP, Carlos Urkijo, el panorama es desolador.En Llodio coinciden demasiadas cosas. Sus habitantes sufrieron las duras consecuencias la crisis industrial de finales de los años 80, y recibieron la puntilla con la reconversión siderúrgica de Acenor de 1993. HB es la segunda fuerza municipal, a 250 votos del PNV. Pero fue la primera entre 1987 y 1991. Dos empresas de la localidad forman parte del patrimonio de la familia del abogado y empresario secuestrado por ETA, Cosme Delclaux. Y junto a la plaza del Ayuntamiento sigue en pie el cuartel de la Guardia Civil que ETA ha intentado volar en tres ocasiones.

En Amurrio, la tercera localidad por número de habitantes, la respuesta a la huelga fue menor. Sólo cerraron el 15% de los comercios. Sus propietarios celebraron una asamblea y acordaron responder de forma unitaria a la acción de los piquetes, si estos se presentaban.