Se buscan caras nuevas
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La derrrota electoral ha sacado a flote un viejo conflicto pendiente: el de la necesidad de renovar la cúpula sandinista. Daniel Ortega, cuya candidatura no fue apoyada de forma unánime dentro del partido, ha quedado en una situación de debilidad. Su transformismo electoral no resultó convincente. A pesar de sus esfuerzos, Daniel encarnará siempre las esencias del régimen sandinista que gobernó Nicaragua durante doce años, cuyo lado negro (economía estabilizada de resultados desastrosos, confiscaciones, censura de prensa, servicio militar obligatorio y guerra interna financiada por Estados Unidos) se intenta ahora enterrar.Ortega, consideran algunos sectores, cumplió su papel y ahora el Frente necesita caras nuevas para diseñar su futuro. Según fuentes del partido, ya se están dando algunos movimientos, de momento un tanto laxos, para su eventual sustitución.