Editorial:

Listas más cortas

AL MENOS 165.735 españoles esperan su turno para ser operados. La media de espera es de cuatro meses, pero hay más de 2.500 que superan el año y otros muchos que se aproximan a esa demora. Se trata de enfermos que aspiran a ser operados de cataratas u otras intervenciones no urgentes, pero cuyas dolencias les impiden desarrollar una vida normal. Son datos inquietantes que, sin embargo, el Insalud ha aireado con cierta satisfacción. Porque la situación de partida era aún peor. El ano pasado, el listado general sumaba 2.500 pacientes más y había al menos 21.000 personas cuya espera superaba los ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

AL MENOS 165.735 españoles esperan su turno para ser operados. La media de espera es de cuatro meses, pero hay más de 2.500 que superan el año y otros muchos que se aproximan a esa demora. Se trata de enfermos que aspiran a ser operados de cataratas u otras intervenciones no urgentes, pero cuyas dolencias les impiden desarrollar una vida normal. Son datos inquietantes que, sin embargo, el Insalud ha aireado con cierta satisfacción. Porque la situación de partida era aún peor. El ano pasado, el listado general sumaba 2.500 pacientes más y había al menos 21.000 personas cuya espera superaba los 12 meses.En junio pasado, el recién estrenado Gobierno se comprometió a realizar el llamado plan de choque, consistente en realizar en la sanidad pública 53.822 operaciones extraordinarias que terminaran con las demoras superiores a los 12 meses. No se ha conseguido, pero el cumplimiento del plan ha sido del 95%. Es de reconocer el esfuerzo realizado, indicativo de la voluntad de afrontar un problema que empaña permanentemente el funcionamiento de la sanidad pública española, o, mejor dicho, de una parte de ella, porque la desigualdad territorial es patente. Mientras que un paciente vasco espera una media de dos meses, el Insalud se impone como meta justo el doble.

Los especialistas creen que las listas de espera son consustanciales a un sistema universal y público de salud: por la mayor longevidad de la población y la mayor demanda de bienestar asociados a esa universalización de la asistencia. La cuestión se plantea de momento en conseguir que la demora no sea excesiva. El ministro de Sanidad aludió al plazo de dos meses como límite aceptable. Aún le queda, pues, mucho terreno al Insalud para acercarse a ese objetivo.

La huelga de 1995 se zanjó con un acuerdo que incluía una mejora en la productividad, pero su larga duración vino a empeorar la situación de las listas de espera. Con todo, resulta alentador el esfuerzo realizado mediante el plan de choque, que prolonga los iniciados por la ministra Ángeles Amador. Ahora, el Insalud se ha fijado como objetivo que el año que viene nadie se vea obligado a esperar más de nueve meses. Lo que tiene el mérito de constituir un compromiso sobre un objetivo a la vez concreto y realista.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En