El tetrapléjico de La Coruña, condenado a seguir viviendo

Sigue el aumento de los casos de eutanasia legal en Holanda

La Audiencia de La Coruña ha considerado que Ramón Sampedro Cameán, un tetrapléjico que lleva 28 años postrado en cama, no tiene derecho a solicitar ayuda para poder morir cuando él lo decida. Un auto del tribunal reconoce que "la privación de la propia vida con la aceptación de la propia muerte es un acto que la ley no prohibe", pero recuerda que el auxilio al suicidio es un delito tipificado tanto por el antiguo Código Penal como, aunque atenuado, por el nuevo.Ramón Sampedro ha empeñado los últimos años en una lucha judicial para que le reconozcan su derecho a disponer de lo que le queda de ...

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La Audiencia de La Coruña ha considerado que Ramón Sampedro Cameán, un tetrapléjico que lleva 28 años postrado en cama, no tiene derecho a solicitar ayuda para poder morir cuando él lo decida. Un auto del tribunal reconoce que "la privación de la propia vida con la aceptación de la propia muerte es un acto que la ley no prohibe", pero recuerda que el auxilio al suicidio es un delito tipificado tanto por el antiguo Código Penal como, aunque atenuado, por el nuevo.Ramón Sampedro ha empeñado los últimos años en una lucha judicial para que le reconozcan su derecho a disponer de lo que le queda de vida. Un proceso judicial anterior llegó al Tribunal de Estrasburgo, que lo rechazó por defecto de forma por no haberse iniciado en el juzgado de su lugar de residencia. Sampedro presentó de nuevo el caso ante un juzgado de primera instancia de Noia (La Coruña), que falló en su contra. Hace dos semanas asistió en camilla a la presentación del recurso contra aquella sentencia.

El auto establece, basándose en sentencias del Tribunal Constitucional dictadas sobre cuestiones como la despenalización del aborto o la huelga de hambre como medida de presión en el ámbito penitenciario, que no hay una protección absoluta de la vida, pero tampoco se puede admitir que "la Constitución garantice el derecho a la propia muerte, o mucho menos que sea un derecho fundamental o que implique la posibilidad de movilizar el apoyo del poder público para vencer la resistencia que se oponga a la voluntad de morir".

Por otra parte, los holandeses reclaman cada vez más su derecho a una muerte dulce. A lo largo del pasado año más de 34.000 personas solicitaron la eutanasia "a su debido tiempo", cerca de 10.000 lo pidieron a corto plazo y de ellas más de un tercio recibieron finalmente la ayuda activa de sus médicos para morir. Las personas que fallecieron así en 1995, en su mayoría ancianos aquejados de cáncer, superan en cerca de 1.000 los casos que se registraban cinco años atrás, según la investigación más amplia realizada hasta el momento.

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