Londres abre otra batalla antieuropea contra la semana laboral de 48 horas

El Gobierno británico se prepara para afrontar una nueva batalla "antieuropea", esta vez en el terreno de los horarios laborales. Mientras los trabajadores de una parte del mundo Occidental se plantean como reducir la jornada laboral semanal, incluso por debajo de las 36 horas, el Gobierno británico se niega a aplicar una directiva europea que fija la semana de 48 horas de trabajo, por considerarla un intolerable ataque a la productividad nacional. El caso ha llegado al Tribunal Europeo de Luxemburgo que tiene previsto emitir hoy un veredicto contrario al Reino Unido, según todos los indicios....

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El Gobierno británico se prepara para afrontar una nueva batalla "antieuropea", esta vez en el terreno de los horarios laborales. Mientras los trabajadores de una parte del mundo Occidental se plantean como reducir la jornada laboral semanal, incluso por debajo de las 36 horas, el Gobierno británico se niega a aplicar una directiva europea que fija la semana de 48 horas de trabajo, por considerarla un intolerable ataque a la productividad nacional. El caso ha llegado al Tribunal Europeo de Luxemburgo que tiene previsto emitir hoy un veredicto contrario al Reino Unido, según todos los indicios.En estos momentos se calcula que alrededor del 22% de los trabajadores británicos a tiempo completo superan el límite de 48 horas de trabajo semanal que estableció Bruselas hace tres años. Aunque la directiva contempla innumerables excepciones -Sanidad, Hostelería, Transporte y Pesca están exentos de la normativa-, los sectores tories "euroescépticos" aseguran que una imposición de los criterios europeos dañaría seriamente la competitividad del mercado británico.

Los ciudadanos del Reino Unido encabezan en estos momentos las listas europeas en lo que a horas de trabajo se refiere, con una media del 43,7 horas semanales. La debilidad de los sindicatos y la recesión económica han obligado a los británicos a aceptar condiciones de trabajo cada vez más duras. El primer ministro, John Major, ha combatido durante tres años la filosofía de la directiva sobre horas de trabajo alegando que entra de lleno en la esfera el Capítulo Social del Tratado de Maastricht no suscrito por el Reino Unido. Sin embargo, desde que en marzo pasado, el procurador general del Tribunal Europeo de Justicia, Philippe Leger, puntualizó que la materia entra más bien en el apartado de Salud y Seguridad, el "caso británico" ha quedado jurídicamente fuera de juego.

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