Zaire y Ruanda, al borde de la guerra abierta

Zaire y Ruanda dieron un paso más ayer en el camino de la guerra abierta. A los combates artilleros que se desarrollaron por segundo día consecutivo en la frontera, los responsables de ambos países añadieron toda una batería de amenazas. El ministro de Exteriores de Zaire, Kitidwa Tumansi, advirtió a Ruanda que su país luchará por defender "las riquezas minerales" de su territorio. Por su parte, el vicepresidente, ruandés, Paul Kagame, amenazó con tomar represalias contra Kinshasa tras el bombardeo por Zaire de la población fronteriza, de Cyangugu. fuentes humanitarias aseguraban anoche que Bu...

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Zaire y Ruanda dieron un paso más ayer en el camino de la guerra abierta. A los combates artilleros que se desarrollaron por segundo día consecutivo en la frontera, los responsables de ambos países añadieron toda una batería de amenazas. El ministro de Exteriores de Zaire, Kitidwa Tumansi, advirtió a Ruanda que su país luchará por defender "las riquezas minerales" de su territorio. Por su parte, el vicepresidente, ruandés, Paul Kagame, amenazó con tomar represalias contra Kinshasa tras el bombardeo por Zaire de la población fronteriza, de Cyangugu. fuentes humanitarias aseguraban anoche que Bukavu, la capital regional del este de Zaire, había caído en manos de los rebeldes tutsis, pero la información no pudo ser confirmada.

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Kagame, que es también ministro de Defensa y que fue el hombre que llevó en 1994 a los rebeldes tutsis al poder en Ruanda, dijo en una conferencia, de prensa que Zaire había matado a muchas personas y destruido numerosas propiedades el pasado martes con el bombardeo de Cyangugu. "Si Zaire nos lleva a la guerra, lucharemos contra Zaire. Eso no es un gran problema para mí. Estamos dispuestos a luchar aunque no busquemos una guerra con Zaire", añadió Kagame.El hombre fuerte de Ruanda volvió a negar que esté apoyando a los rebeldes tutsis banyamulenge -de origen ruandés pero residentes en Zaire desde hace generaciones- que combaten contra las tropas de Zaire al este del país-. Admitió, sin embargo, que unos cuantos oficiales- banyamulenge que habían servido en el Ejército de Ruanda habían vuelto a Zaire.

Horas después de esta declaracion, un teniente coronel ruandés reconoció que sus tropas penetraron el martes en Zaire. "Contraatacamos con- armas pesadas y morteros y enviando una fuerza para desestabilizarlos y obligarlos a abandonar las posiciones desde las que nos podían hacer daño", dijo el jefe militar. Sobre la situación de Bukavu, afirmó: "Imagino que las fuerzas de Zaire han perdido el control de la ciudad". Parecía inminente la caída de la ciudad, capital de Kivu Sur, en manos de los banyamulenge. La Cruz Roja informó de que al menos 100 personas han muerto víctimas de los saqueos y los enfrentamientos en campos de Bukavu la última semana.

Arzobispo asesinado

La Nunciatura Apostólica en Kinshasa confirmó la muerte del arzobispo jesuita Christophe Munzihirwa, de 70 años, durante un ataque a la ciudad. Se ignora quiénes fueron los autores y las circunstancias del suceso, aun que fuentes eclesiásticas apunta ban a una emboscada. El papa Juan Pablo II pidió que se ponga fin a la "vergonzosa caza del hombre" y pidió a los organismos internacionales que hagan todo lo posible para acabar con "la tragedia que se consuma en tierras africanas". El embajador de Canadá en Washington, Raymond Chrétien, fue nombrado ayer enviado especial de las Naciones Unidas en la región de los Grandes Lagos con la misión de- establecer un alto el fuego en el este de Zaire y preparar una conferencia internacional que ponga fin a la tragedia humanitaria en la región.

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La ONU informó de que el secretario general, Butros Butros-Gali, telefonó al presidente de Zaire, Mobutu Sese Seko, a Suiza, donde convalece de una operación de cáncer de próstata, para tratar de la crisis. La presencia de Mobutu, de 66 años, en el país helvético, ha levantado ya las primeras, críticas de la clase política suiza que consideran "indigno" albergar al dictador. El presidente francés, Jacques Chirac, llamó también a la celebración de, una conferencia internacional bajo los auspcios de la ONU y la Organización de Estados Africanos (OUA). La reunión, según París, debería centrarse en los refugiados, el juicio de los responsables del genocidio de 1994 en Ruanda y Burundi, la organización del poder en esos países y la ayuda financiera.

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