El principal al testigo contra un criminal de guerra serbio confiesa que mintió

El proceso en La Haya contra el serbobosnio Dusko Tadic, el primer acusado, de crímenes de guería por el Tibunal Internacional Penal para la antigua Yugoslavia, ha tomado un rumbo inesperado. Según una investigación de la fiscalía, Dragan Opacic, el testigo más importante presentado por la acusación, reconoció que había mentido en su declaración y que su versión había sido inventada por las autoridades de Sarajevo. Opacic, identificado inicialmente sólo como L, fue el as en la manga que la acusación se reservo hasta el final. El pasado agosto, cuando fue llamado a declarar, L de...

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El proceso en La Haya contra el serbobosnio Dusko Tadic, el primer acusado, de crímenes de guería por el Tibunal Internacional Penal para la antigua Yugoslavia, ha tomado un rumbo inesperado. Según una investigación de la fiscalía, Dragan Opacic, el testigo más importante presentado por la acusación, reconoció que había mentido en su declaración y que su versión había sido inventada por las autoridades de Sarajevo. Opacic, identificado inicialmente sólo como L, fue el as en la manga que la acusación se reservo hasta el final. El pasado agosto, cuando fue llamado a declarar, L describió con todo tipo de detalles los horribles crímenes que había visto cometer a Dusko Tadic a finales de 1992. Identificándose como guardia del campo Trnopolje, situado al noroeste de Bosnia, L narró en una sesión a puerta cerrada que había visto a Tadic asistir, ordenar y participar en la violación de varias jóvenes musulinanas, la mayoría menores de edad, y asesinar a dos ancianos. Según Opacic, Tadic le había drogado para obligarle a participar en las orgías sexuales y asesinatos.

Sin embargo, Robert William Reed, encargado por la fiscalía de investigar la veracidad de las declaraciones, afirmó ayer en La Haya que el propio Qpacíc le había confesado que fue manipulado por las autoridades bosnias, que le amenazaron de muerte si no declaraba contra Tadic. La policía bosnia le adiestró convenientemente en Sarajevo con cintas de vídeo sobre el acusado y el campo de concentración.

El abogado holandés de la defensa, Michail WIadimiroff, se empleó a fondo en los últimos días durante las sesiones a puerta cerrada para demostrar que el testigo no había dicho la verdad. Los cinco serbios que presentó -antiguos guardianes, de Trnopolje- aseguraron no conocer al testigo. Otras personas que habían estado con L dieron al traste con la veracidad de sus declaraciones. La contundencia de las pruebas obligó a la fiscalía a comenzar una investigación. A la vista del resultado, el fiscal adjunto, el australiano Grant Niemann, pidió a los jueces que consideren nula y sin valor la declaración de L y la excluyan, de las actas del proceso.

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