Al menos 29 presos mueren calcinados en Caracas

Al menos 29 presos murieron carbonizados y otra veintena resultaron heridos en un incendio desatado en el penal La Planta de Caracas. Según el diputado Martín Pacheco, que se personó en la prisión al enterarse del suceso, el fuego comenzó a primera hora de la mañana después de que la Guardia Nacional lanzase tres bombas lacrimógenas en una celda minúscula, en la que previamente y "sin motivos" habla encerrado bajo candado a 54 reos. El director general de Prisiones José Antonio Marval responsabilizó a esa policía militarizada de la "horrorosa masacre".El Ministerio de Justicia seguía anoche si...

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Al menos 29 presos murieron carbonizados y otra veintena resultaron heridos en un incendio desatado en el penal La Planta de Caracas. Según el diputado Martín Pacheco, que se personó en la prisión al enterarse del suceso, el fuego comenzó a primera hora de la mañana después de que la Guardia Nacional lanzase tres bombas lacrimógenas en una celda minúscula, en la que previamente y "sin motivos" habla encerrado bajo candado a 54 reos. El director general de Prisiones José Antonio Marval responsabilizó a esa policía militarizada de la "horrorosa masacre".El Ministerio de Justicia seguía anoche sin informar oficialmente del número exacto de víctimas. Según las autoridades, el hecho de que la mayoría de los muertos esté amontonada en una celda de cuatro por cuatro metros dificulta el recuento y la separación de los cadáveres, muchos de los cuales están abrazados. El traslado de los cuerpos al depósito para su posterior identificación también se está realizando con lentitud, debido a la intervención de los fiscales y de los parlamentarios que se presentaron en el recinto para investigar la matanza.

Pero el presidente del Congreso venezolano, Cristóbal Fernández Dalo, que también acudió a la cárcel, cifró en 29 los reos calcinados. Fernández señaló que efectivos de la Guardia Nacional cometieron "excesos", "malinterpretaron órdenes" y causaron una "represión exacerbada".

El capellán de La Planta, Aurelio Ferrín López, afirmó estar horrorizado de cómo murieron los reclusos y negó que hubiese habido previamente un motín. "He visto más de 20 calcinados. Los heridos ya fueron trasladados a los hospitales. Nunca hubo motín.Lo que sí hay es mucha angustia y desprecio acumulados".

"Lo estábamos esperando porque hay un nuevo director muy represivo que castiga a los presos y les obliga a desnudarse para, revisarlos", declaró la fiscal de derechos humanos, Olivia Hung.

Al parecer, antes de desatarse las llamas se escucharon algunos disparos y hay reos heridos de bala. Los presos, que agitaban camisas y enseñaban cuchillos desde las ventanas del penal mientras exigían hablar con los periodistas -a los que se prohibió el acceso al recinto-, gritaban que fue la Guardia Nacional la que disparó.

De acuerdo al relato de los testigos, el hecho se inició a las 5.30 de la madrugada, Cuando efectivos de la Guardia Nacional pasaban revista a los internos. Después de enumerar a los 56 presos del pabellón cuatro, el capitán Osmel Martínez, el cabo Zabala y el teniente Pérez se enfadaron con los reclusos, les encerraron en una celda con candado y les lanzaron tres bombas lacrimógenas.

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El penal de La Planta es uno de los seis centros de reclusión que existen en Caracas. Construido en 1959 para albergar 300 internos, su población carcelaria oscila entre los 900 y los 1.500 reclusos. Está ubicado en la populosa urbanización de El Paraíso, al suroeste de la capital. Su construcción se asemeja a la de un cuartel militar, con pabellones separados para hombres y mujeres. "Están matando a los presos. Nos están matando", se oyó gritar a las reclusas desde sus pabellones.

En La Planta están recluidos cuatro hombres y una mujer españoles por delitos de droga, que no sufrieron daños, según informó el Consulado General de España en Venezuela.

Éste es el segundo incendió más mortífero declarado en una cárcel venezolana, después de los 104 reos que murieron calcinados en el penal de Sabaneta, ciudad de Maracaibo, en enero de 1994.

Yalítza Machado, de 28 años, que transitaba en el coche con su padre cerca del penal, dijo a este diario que escuchó gritos, especialmente de mujeres que repetían: "Ayúdennos, hermanos". Su padre le comentó: "Esos presos cuando matan a la gente no se acuerdan que tienen hermanos". El sentimiento adverso de los caraqueños hacia los presos se enmarca en un aumento de la criminalidad hasta niveles incontrolables. En muchos barrios la comunidad ha empezado a hacer justicia con sus manos y lincha a los delincuentes.

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