Cartas al director

Infierno

Tengo la impresión de estar viviendo en estado de guerra. Y como yo, todos los desafortunados vecinos del barrio Alameda de Osuna, en el distrito de Barajas. La razón es muy sencilla: todo se lo debemos a la compañía Gas Natural, que desde el pasado mes de agosto ha conseguido que este barrio, habitualmente tranquilo y agradable, donde pasear es un deporte habitual, sea un auténtico infierno. ¿Cómo lo ha hecho? Abriendo zanjas a diestro y siniestro, siendo éste último el mejor adjetivo para definir el estado del barrio. El problema no es que abran las zanjas (las mismas todos los años, por cie...

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Tengo la impresión de estar viviendo en estado de guerra. Y como yo, todos los desafortunados vecinos del barrio Alameda de Osuna, en el distrito de Barajas. La razón es muy sencilla: todo se lo debemos a la compañía Gas Natural, que desde el pasado mes de agosto ha conseguido que este barrio, habitualmente tranquilo y agradable, donde pasear es un deporte habitual, sea un auténtico infierno. ¿Cómo lo ha hecho? Abriendo zanjas a diestro y siniestro, siendo éste último el mejor adjetivo para definir el estado del barrio. El problema no es que abran las zanjas (las mismas todos los años, por cierto), sino que, inexplicablemente, pasan las semanas (ya meses) y no las cierran, lo cual dificulta enormemente la labor de los conductores, que no sólo tienen que hacer verdaderas maravillas para evitar cascotes, vallas, maquinaria, socavones y demás "accidentes geográficos" callejeros, sino que, además, aparcar se está convirtiendo en una auténtica utopía, porque se trata de un barrio donde hay un importante censo automovilístico. Y ya es el 80% las calles el que sufre estas obras interminables. Pero a quienes realmente admiro es a los conductores de autobuses de las líneas que pasan por la Alameda de Osuna, es decir, el 115, 105, 114, 101 y 104. Deberian entregarles una medalla al mérito por arriesgarse a practicar el rally en este barrio.

Por favor, señor alcalde , le aseguro que aquí no va a encontar ruinas romanas. Los vecinos de la Alameda y sus conductores le rogamos encarecidamente que este suplicio termine porque "las obras del gas" están acabando con nuestra paciencia.-

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