Un tribunal libra de la cárcel por estado de necesidad a una 'correo de la droga'

La acusada llegó a Barajas con 46 bolas de coca en su intestino

La Audiencia de Madrid ha ordenado la inmediata libertad de Yaneth Patricia Vargas, colombiana de 22 años. Yaneth se libra así de los once años de cárcel que le pidió el fiscal en el juicio. Fue detenida en el aeropuerto de Barajas con 46 bolas de cocaína en sus intestinos el pasado febrero. El tribunal ha huido de imponer sin más una condena a un hecho delictivo irrefutable (la chica llegó a Madrid cargada de cocaína) y le ha aplicado la eximente de "estado de necesidad", tras indagar en su entorno social y aceptar como "verosímil" la versión de la acusada; es decir, que narcos de su país la ...

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La Audiencia de Madrid ha ordenado la inmediata libertad de Yaneth Patricia Vargas, colombiana de 22 años. Yaneth se libra así de los once años de cárcel que le pidió el fiscal en el juicio. Fue detenida en el aeropuerto de Barajas con 46 bolas de cocaína en sus intestinos el pasado febrero. El tribunal ha huido de imponer sin más una condena a un hecho delictivo irrefutable (la chica llegó a Madrid cargada de cocaína) y le ha aplicado la eximente de "estado de necesidad", tras indagar en su entorno social y aceptar como "verosímil" la versión de la acusada; es decir, que narcos de su país la habían obligado a traer la droga bajo amenazas.

Es raro el día que la Guardia Civil de Barajas no detiene a algún colombiano con estupefacientes. Son los llamados correos de la droga. Ingieren bolas de coca recubiertas de látex y emprenden un incierto viaje con grave riesgo para sus vidas. Tan sólida suele ser la prueba de cargo que lo común es que terminen entre rejas.El juez Pascual Fabiá Mir declaraba hace unos meses a este periódico, mientras realizaba una guardia: "La gente por la que más pena siento al ordenar su prisión son los correos de la droga".

Yaneth fue detenida en Barajas el 12 de febrero. Llevaba casi medio kilo de coca (valorado en tres millones de pesetas) en sus intestinos. Del juzgado de guardia, a Carabanchel. De allí salió hace apenas dos semanas para ir al juicio. La contundencia de la radiografía reducía al mínimo el optimismo sobre su libertad.

"Si la experiencia de la vida hizo llegar a las leyes penales las eximentes [de responsabilidad], no fue para guardarlas, sino para aplicarlas, en viaje de vuelta, a casos que ocurren en la vida real", razona el ponente de la sentencia, el magistrado Arturo Beltrán, de la Sección Quinta de la Audiencia. "La terrible amenaza" a la que fue sometida por los narcos la "obligó" a viajar a España con la droga. Tal amenaza es creíble en un país donde la droga "es el primer negocio, y el secuestro con petición de rescate, el segundo; y donde las sospechas de implicación en el narcotráfico de las más altas autoridades, vehementes".

Yaneth, indica la sentencia que le ha absuelto, "está considerada por las autoridades de su país como una persona honrada, trabajadora y de excelente comportamiento moral y social: tiene una hermana religiosa carmelita y ha de cuidar de su madre viuda y enferma de depresión. Desde que nació su hijo", destaca el tribunal, "fue objeto de presiones y amenazas para que aceptara llevar droga a otros países: alusiones a que no volvería a ver a su hijo; a un incendio en el camión de su compañero sentimental y a impedir el internamiento hospitalario de su madre, incluso a matarla a ella".

Obligada por la fuerza

"Resistió tales amenazas" hasta que, pocos días antes del 12 de febrero, "fue obligada, por la fuerza, a entrar en un automóvil y conducida a una casa deshabitada. Allí le tomaron fotografías, la obligaron a obtener un pasaporte y, más tarde, a introducir en su organismo gran número de de bolas de cocaína". En España, "la esperaría una persona que la reconocería por su fotografía, y que se haría cargo de la droga". "Temiendo por su vida", añade, "inició un viaje que la llevó de Pereira a Bogotá, de allí a Caracas y luego a Madrid".¿Realmente viajó a Madrid con la droga por miedo? Sí, entiende la Audiencia. Y se basa en la propia declaración de la acusada. "El tribunal no ha hecho un mero ejercicio de credulidad, sino que da por buenas esas afirmaciones basándose en su credibilidad. Y en que su versión está reforzada por indicios externos". La acusada declaró en el juicio "con evidente sinceridad", y aquello que dijo "se ha revelado cierto". Entre los indicios de que fue coaccionada, destaca: "No es normal que la procesada se desplazase a otra localidad distinta a la suya para solicitar el pasaporte".

El tribunal no advierte un motivo especial para que Yaneth comprometiera su libertad traficando con droga: "Tanto ella como su compañero trabajan y tienen medios para llevar una vida aceptable junto a su hijo". Sólo "el miedo" explicaría, su ilógica actuación, ya que "quebró sus convicciones morales, se arriesgó a una larga condena y, siendo madre de un niño, puso en peligro su vida al mantener en el intestino durante días un veneno suficiente para matarla".

Además de la droga, la Guardia Civil le decomisó 1.500 dólares, "el precio de su colaboración con los traficantes", sostuvo el fiscal en el juicio. Las pruebas de cargo hay que adverarlas: "Al acusador", refuta el tribunal, "corresponde la prueba de esa afirmación, lo que no ha hecho". Yaneth declaró que ese dinero "eran los ahorros de su familia, y que los llevaba encima por si todo iba mal".

"Cuando fui a por ella a la cárcel, con la libertad, se echó a llorar; no se lo creía", indicó ayer su abogada, Esperanza Marcos. "Es una sentencia justa", dijo.

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