El PP balear busca el fin de la crisis tras el 'caso Sóller'

Tras un un año sin dirección y sin haber logrado articular un mensaje político, el Partido Popular de Baleares afronta mañana en plena crisis la que será la sesión congresual de mayor trascendencia de su historia: será la primera sin el mando del ex presidente regional y del partido Gabriel Cañellas. Se habrán acabado las unanimidades al viejo estilo en las votaciones y se espera una renovación en las caras y cargos del partido.

El PP, balear ha sido para la dirección nacional un permanente problema desde que Aznar forzó el cese de Cañellas, e n julio de 1995 y contra el criterio de...

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Tras un un año sin dirección y sin haber logrado articular un mensaje político, el Partido Popular de Baleares afronta mañana en plena crisis la que será la sesión congresual de mayor trascendencia de su historia: será la primera sin el mando del ex presidente regional y del partido Gabriel Cañellas. Se habrán acabado las unanimidades al viejo estilo en las votaciones y se espera una renovación en las caras y cargos del partido.

El PP, balear ha sido para la dirección nacional un permanente problema desde que Aznar forzó el cese de Cañellas, e n julio de 1995 y contra el criterio de las bases insulares, a causa del caso Sóller, el presunto cobro de comisiones a cambio de la concesión del peaje de un túnel. El asunto está actualmente en manos de los tribunales.

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Desde entonces, los populares han vivido en el naufragio organizativo y en permanente conspiración. El heredero de Cañellas ha de sellar el domingo la paz entre las distintas facciones del partido y atajar las indisciplinas parlamentarias que hacen peligrar la posición casi hegemónica de la formación en el archipiélago. La caída de Cañellas y la sucesión de hasta tres presidentes autonómicos en un año han fracturado la imagen pública del PP regional precisamente en su periodo de mayor gloria nacional.

Un antiguo enemigo de Cañellas dentro del partido, el consejero del ala dura Juan Verger, encabezará la única lista prevista para la nueva dirección. El renovador y centrista Cristòfol Soler -efímero sustituto de Cañellas en el Gobierno balear- ha facilitado la paz al declinar ejercer la confrontación con una candidatura alternativa, condenada a la derrota.

Presencia del ex presidente

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Pero Cañellas no es ajeno al ascenso de Verger, al derrocamiento de Soler y a nada cuanto acontece en el PP balear. El expresidente, imputado en dos sumarios judiciales, estará en la nueva ejecutiva y sigue al frente del Grupo Parlamentario. La dirección nacional del PP justifica la presencia de Cañellas en que aún no ha sido procesado, y en que entiende que su sacrificio como presidente autonómico fue suficiente.El congreso del PP balear, que será clausurado por el coordinador general Ángel Acebes, aparece así casi como un acto fundacional, con la sustitución del líder carismático y paternalista, del antiguo estilo de la derecha rural que copó las instituciones con sus dirigentes locales.

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