Cartas al director

Ya estamos

Ya estamos, como cada año, con la eterna polémica de si los libros de texto y el resto del material escolar son caros y suponen un gasto grandísimo para las familias. Yo, por mi parte, no voy a entrar en la respuesta tradicional sobre otros gastos en chucherías y chocolatinas para los niños o en electricidad para las horas de televisión que ven.Sí entraré en la falta de aprecio a los libros, porque indica también el desprecio a lo que contienen. Parece que ni los padres (ni, por supuesto, sus hijos) piensan en repasar los libros de los cursos anteriores. Lo peor es que, cuando los tiran, olvid...

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Ya estamos, como cada año, con la eterna polémica de si los libros de texto y el resto del material escolar son caros y suponen un gasto grandísimo para las familias. Yo, por mi parte, no voy a entrar en la respuesta tradicional sobre otros gastos en chucherías y chocolatinas para los niños o en electricidad para las horas de televisión que ven.Sí entraré en la falta de aprecio a los libros, porque indica también el desprecio a lo que contienen. Parece que ni los padres (ni, por supuesto, sus hijos) piensan en repasar los libros de los cursos anteriores. Lo peor es que, cuando los tiran, olvidan los conocimientos que, se supone, habían aprendido.

Demuestran no haberse dado cuenta de muchos detalles: uno es que los conocimientos hay que repasarlos tan a menudo como se pueda; otro, que ni la mejor enciclopedia contiene tan amplios y, a la vez, resumidos y ordenados, los conocimientos de una buena colección de libros de texto; y otro más, es la enorme calidad de los libros actuales, por su presentación en imáwnes y la elaboración de sus contenidos.

Pobres personas las que valoran mucho la marca de una prenda deportiva o un lujoso automóvil, pero no aprecian lo que contienen los libros. ¿No es para llorar?-

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