Cartas al director

La sanidad pública

A raíz del artículo del consejero valenciano de Sanidad, Joaquín Farnós, aparecido el 26 de agosto de 1996 en ese periódico, me siento en la obligación de rebatir y comentar algunas de sus afirmaciones. El conseller afirma que persigue la mejor gestión de los recursos "acabando con el despilfarro". Los valencianos no vemos que se haya acabado con ningún despilfarro, aunque sí con algunos servicios que eran útiles para el usuario y que han disminuido su calidad o se han dejado de prestar.Afirma también que el PSOE hizo fundamentalismo integrista con su defensa de lo público para cargars...

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A raíz del artículo del consejero valenciano de Sanidad, Joaquín Farnós, aparecido el 26 de agosto de 1996 en ese periódico, me siento en la obligación de rebatir y comentar algunas de sus afirmaciones. El conseller afirma que persigue la mejor gestión de los recursos "acabando con el despilfarro". Los valencianos no vemos que se haya acabado con ningún despilfarro, aunque sí con algunos servicios que eran útiles para el usuario y que han disminuido su calidad o se han dejado de prestar.Afirma también que el PSOE hizo fundamentalismo integrista con su defensa de lo público para cargarse la sanidad privada". Y a continuación dice: " ¿Quiere usted ejemplos de que la gestión privada es siempre mejor que la pública?". Esto sí que es fundamentalismo, porque aunque dé algunos ejemplos de que a veces la gestión privada es mejor que la pública, podría citarle numerosas empresas públicas redituables y muy bien gestionadas, que con su filosofía y la de su partido se van a privatizar. La afirmación de que "la sanidad pública tiene un 30% de sobrecoste" me parece globalmente aventurada, y creo que el, señor conseller ocupa su cargo precisamente para mejorar la gestión de la función pública y encontrar los medios de despertar en los prestadores públicos el "espíritu empresarial".

También disfraza el fracaso presentándolo como un éxito. Si de 33.100 enfermos en lista de espera para ser operados, al cabo de varios meses y, ampliando plazos para acogerse a la cirugía en clínicas privadas, hasta ahora no se han operado más de 1.000 personas, no puede decir que "el plan de choque para reducir las listas de espera es un enorme éxito-. Los pacientes que se niegan a ser intervenidos en una clínica no lo hacen por "motivos ideológicos", sino que lo hacen por la seguridad, confianza y alta valoración que tienen hacia la sanidad pública- . .

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