El comisario de la 'casa de los horrores' ayudará en el caso belga de pedofilia

El superintendente de la policía británica, John Bennett, que dirigió la investigación sobre la casa de los horrores de Gloucester (Reino Unido) hace un año, ha decidido colaborar con sus colegas belgas para ayudar a esclarecer el escándalo de secuestros y asesinatos de niñas que ha dejado al país sin resuello. Día y noche se busca el paradero de dos adolescentes a las que Marc Dutroux, el presunto responsable de la macabra red pedófila, admitió haber secuestrado. Se espera que miles de personas asistan hoy, en Lieja, al funeral de las dos pequeñas de ocho años, Julie Lejeune y Melissa Russo, ...

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El superintendente de la policía británica, John Bennett, que dirigió la investigación sobre la casa de los horrores de Gloucester (Reino Unido) hace un año, ha decidido colaborar con sus colegas belgas para ayudar a esclarecer el escándalo de secuestros y asesinatos de niñas que ha dejado al país sin resuello. Día y noche se busca el paradero de dos adolescentes a las que Marc Dutroux, el presunto responsable de la macabra red pedófila, admitió haber secuestrado. Se espera que miles de personas asistan hoy, en Lieja, al funeral de las dos pequeñas de ocho años, Julie Lejeune y Melissa Russo, que será un homenaje a la infancia.

El Gobierno, aún no repuesto de las acusaciones populares por la negligencia e incapacidad en poner freno mucho antes a los excesos de Dutroux, ha desbloqueado fondos para alquilar material sofisticado, en especial un radar capaz de detectar en la tierra cuerpos sepultados en las seis propiedades que Dutroux posee en los alrededores de Charleroi, en el sur. Este tipo de material fue utilizado con éxito por la policía británica en la casa de Frederick y Rosemary West, en la llamada casa de los horrores. El comisario Bennett, que dirigió las operaciones de Gloucester, aportará su experiencia a sus colegas belgas.Se siguen todas las pistas para dar con el paradero de An Marchal, de 17 años, y Eefje Lambreks, de 19, secuestradas por Dutroux, su esposa y al menos otros dos cómplices -todos ellos detenidos- en Ostende hace hoy justo un año. La prensa insinuó la posibilidad de que hubieran sido vendidas a una red de prostitución checa, pero este extremo ha sido desmentido. Sin embargo, la justicia belga sigue dando preferencia a la pista de una red pedófila con ramificaciones internacionales.Se acumulan, entretanto, las pruebas sobre la incompetencia y falta de coordinación del sistema jurídico y policial en el caso. Ayer trascendió que los jueces de Lieja recibieron pistas de confidentes en 1993 y 1995 que apuntaban a Dutroux como claro sospechoso. Éste ha reconocido hasta ahora ser el autor de seis secuestros y del asesinato de un cómplice. Pero, según la emisora Bel-RTL, las autoridades están a punto de imputarle el secuestro de un número mayor.

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