Borís Yeltsin da vía libre al general Lébed para acabar con la guerra en Chechenia

El presidente ruso, Borís Yeltsin, dio ayer amplios poderes a Alexandr Lébed para solucionar el conflicto en Chechenia al firmar decreto que el carismático general le había preparado. La Comisión Gubernamental encabezada por el primer ministro, Víktor Chernomirdin, desaparece y Lébed obtiene facultades para dirigir tanto el proceso político de entendimiento con los separatistas como las operaciones militares en la república norcaucásica rebelde. En Grozni, mientras tanto, se cumplió en general el acuerdo de cese de las hostilidades a pesar de que se registraron enfrentamientos aislados.
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El presidente ruso, Borís Yeltsin, dio ayer amplios poderes a Alexandr Lébed para solucionar el conflicto en Chechenia al firmar decreto que el carismático general le había preparado. La Comisión Gubernamental encabezada por el primer ministro, Víktor Chernomirdin, desaparece y Lébed obtiene facultades para dirigir tanto el proceso político de entendimiento con los separatistas como las operaciones militares en la república norcaucásica rebelde. En Grozni, mientras tanto, se cumplió en general el acuerdo de cese de las hostilidades a pesar de que se registraron enfrentamientos aislados.

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Lébed obtuvo ayer una gran victoria al conseguir que el presidente Yeltsin firmara el decreto que, de hecho, le entrega la dirección política y militar del proceso de paz en Chechenia, a través de un "Estado Mayor operativo" creado al efecto. Según explicó Alexandr Bárjatov, portavoz de Lébed, "se encarga al Consejo de Seguridad la dirección estratégica de todo el complejo de problemas chechenos" y "las cuestiones de la solución política también se concentran completamente en manos" de Lébed.Además, se disuelven las estructuras creadas anteriormente para solucionar el conflicto, particularmente la Comisión Gubernamental. El secretario de este organismo era Serguéi Stepashin, ex director del Servicio Federal de Seguridad, considerado un duro con respecto a los independentistas. En sustitución de esta comision, se crea un órgano para "el abastecimiento material y financiero de1a República de Chechenia y para el restablecimiento de su economía", dentro del Consejo de Seguridad, cuyo máximo responsable es Lébed.

Como representante plenipotenciario del presidente ruso en Chechenia, Lébed también tendrá bajo sus órdenes "un Estado Mayor operativo integrado por el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, así como los jefes de los estados mayores" de las tropas del Ministerio del Interior, del Servicio Federal de la Guardia de Fronteras, del Ministerio de Situaciones de Emergencia, así como de otras instituciones, "con el fin de coordinar las acciones de las fuerzas públicas". Las órdenes de Lébed serán de cumplimiento obligatorio "para todas los órganos federales del Ejecutivo que participan en la solución de la crisis", manifestó Bárjatov.

La confianza depositada por Yeltsin en Lébed es sumamente significativa, ya que según el periódico liberal Izvestia, el influyente jefe de la Administración presidencial, Anatoli Chubáis, se oponía a la firma del decreto. Temía que esta decisión multiplicara los grandes poderes que el popular general ya tiene como secretario del Consejo de Seguridad y asesor del presidente.

Lébed preparó el documento después de que el sábado fuese nombrado representante de Yeltsin en Chechenia. Este nombramiento, sobre el que ni siquiera fue consultado previamente, fue el resultado de "juegos políticos", según Lébed. "Por lo visto, hay gente interesada en que me rompa el cuello" en Chechenia, comentó el general, que, sin embargo, aceptó el desafío. Como primera medida, al día siguiente de su nombramiento realizó un viaje relámpago a la frontera chechena, durante el cual se entrevistó con Aslán Masjádov, jefe del Estado Mayor de las fuerzas independentistas, y preparó el acuerdo de alto el fuego que ayer entró en vigor.

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La capital chechena vivió ayer una jornada de relativa tranquilidad. La población civil pudo salir a las calles con cierta seguridad, aunque en algunos barrios continuaron los combates. El alto el fuego, que no es reconocido oficialmente por el comandante de las tropas rusas, Konstantín Pulikovski, fue acatado en líneas generales por las partes beligerantes. Tanto Pulikovski como Masjádov dieron orden oral a sus hombres de cesar las hostilidades. Soldados rusos confirmaron que habían recibido órdenes de disparar sólo en respuesta a ataques de los guerrilleros.

La mayor parte de Grozni continúa en manos de los separatistas, según testimonios de los civiles que aprovecharon la relativa tranquilidad del día para huir en masa de la ciudad. La baja intensidad de los enfrentamientos no evitó, sin embargo, la muerte de refugiados en acciones bélicas de los rusos, según denunciaron tanto los separatistas como los chechenos promoscovitas. Diez personas murieron y 27 resultaron heridas a consecuencia del ataque de un helicóptero contra un grupo de refugiados en las afueras de Grozni, aseguraron los independentistas. El Gobierno checheno prorruso acusó a pilotos federales de haber disparado el martes contra un camión con refugiados, matando a 29 civiles, entre ellos a varios niños; y contra un funeral en un cementerio rural, en el que se registraron seis víctimas mortales. Representantes de las fuerzas federales y de los guerrilleros firmaron un acuerdo para comprobar conjuntamente las violaciones del alto el fuego.

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