Los 10 africanos reanudan su huelga de hambre en París

La policía se los llevó al hospital el lunes, de madrugada y por la fuerza, pero allí se les consideró razonablemente sanos y, unas horas después, todos estaban de nuevo en el punto de partida. Los 10 inmigrantes africanos sin papeles reanudaron ayer su huelga de hambre en la iglesia parisiense de Saint Bernard para exigir un permiso de residencia.Con su "intervención por razones humanitarias", la Prefectura de París y sus jefes del Gobierno cometieron un error, criticado de forma unánime. En el Ministerio del Interior erraron por completo al suponer que podrían, actuando por sorpresa y...

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La policía se los llevó al hospital el lunes, de madrugada y por la fuerza, pero allí se les consideró razonablemente sanos y, unas horas después, todos estaban de nuevo en el punto de partida. Los 10 inmigrantes africanos sin papeles reanudaron ayer su huelga de hambre en la iglesia parisiense de Saint Bernard para exigir un permiso de residencia.Con su "intervención por razones humanitarias", la Prefectura de París y sus jefes del Gobierno cometieron un error, criticado de forma unánime. En el Ministerio del Interior erraron por completo al suponer que podrían, actuando por sorpresa y con una violencia medida, amedrentar a los 300 africanos encerrados en la iglesia de Saint Bernard y acabar con la huelga de hambre de 10 de ellos. Los sin papeles de Saint Bernard protestan desde hace cinco meses y, según declaran, han pasado ya el punto de no retorno. Sólo tienen dos alternativas: resistir y quizá quedarse, o rendirse y esperar una repatriación segura. Aunque llevan más de 40 días en huelga de hambre, y a pesar de sus grandes pérdidas de peso, su estado de salud no es preocupante.

El Partido Socialista, el Partido Comunista, Los Verdes, la Confederación General del Trabajo, la Confederación Francesa Democrática del Trabajo, Fuerza Obrera, Amnistía Internacional, Médicos del Mundo y otras organizaciones se sumaron ayer a la protesta de los africanos. Todos coincidieron en señalar que las leyes antiinmigración puestas en vigor desde 1993 por la derecha francesa eran inhumanas e impracticables. "En muchas ocasiones, esos sin papeles no son inmigrantes clandestinos, sino inmigrantes regulares con un problema burocrático", afirmó François Hollande, número dos del Partido Socialista.

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