Cartas al director

Agradecimiento a la Seguridad Social

Hace unas semanas fui operado en el hospital de San Carlos, pabellón número 8, área de ORL, de una pequeña infección en el oído izquierdo, zona media. Desde aquí hago público mi agradecimiento a todo el personal. Desde peluqueros, limpiadoras, enfermeras, cocineros, celadores, equipo médico, dirección, etcétera.Los hospitales pueden funcionar muy bien siempre y cuando los pacientes también pongamos de nuestra parte. Lo único que no me gustó nada fue la actitud, la pésima educación y poca responsabilidad de algunos pacientes y familiares de éstos. En todo el hospital existen normas y leyes para...

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Hace unas semanas fui operado en el hospital de San Carlos, pabellón número 8, área de ORL, de una pequeña infección en el oído izquierdo, zona media. Desde aquí hago público mi agradecimiento a todo el personal. Desde peluqueros, limpiadoras, enfermeras, cocineros, celadores, equipo médico, dirección, etcétera.Los hospitales pueden funcionar muy bien siempre y cuando los pacientes también pongamos de nuestra parte. Lo único que no me gustó nada fue la actitud, la pésima educación y poca responsabilidad de algunos pacientes y familiares de éstos. En todo el hospital existen normas y leyes para que todo funcione de la mejor manera posible, siempre y cuando todos colaboremos.

Con respecto a los horarios de visita, por norma, no se cumplen, porque los familiares de los pacientes no respetan absolutamente nada, se cuelan por los lugares más inverosímiles a cualquier hora del día y de la noche. Los familiares de los pacientes casi nunca respetan el necesario y apreciado silencio ni dentro ni fuera de las habitaciones, y muchos convierten a éstas en un lugar de, citas, tertulias, merendero, lugar de recreación, etcétera. Y el colmo de los colmos es ver a algunos pacientes escapándose de sus habitaciones para fumar a escondidas ya sea por los baños, escaleras, pasillos y otros lugares. La solución no está en que los hospitales pongan más seguridad, pues considero que con la que hay ya sobra. La solución es más sencilla. Está en los pacientes. Que tomen conciencia de personas educadas, que respeten, primero a sí mismos y luego a los demás.

Y a los familiares les pido por favor que colaboren, que respeten sin agobiar, pues los excesos de protección hacia el paciente muchas veces se convierten en tortura más. que en solución.

Hay más, pero con cumplir lo ya expuesto me daría por satisfecho. Muchas gracias. Y termino dando de nuevo mi más sincera gratitud a todos los componentes del pabellón número 8 del hospital de San Carlos de la Ciudad Universitaria, en Madrid. Gracias y salud.-

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