Yeltsin, con mal aspecto y voz temblorosa, jura su segundo mandato como presidente ruso

Borís Yeltsin, con voz temblorosa y mal aspecto, reflejo de su precario estado de salud, tomó posesión ayer como presidente de Rusia, por un segundo mandato, en una ceremonia relámpago en la sala del Congreso del Kremlin. El acto solemne fue acompañado de campanas al vuelo y 30 salvas de artillería, eco de la batalla que libran en Grozni rusos y chechenos. Yeltsin, probablemente, seguirá otros dos meses con su cura de reposo en un sanatorio cercano a Moscú.

Yeltsin apareció en la sala a mediodía, cuando ya estaban en el escenario el presidente del Tribunal Constitucional, VIadímir T...

Borís Yeltsin, con voz temblorosa y mal aspecto, reflejo de su precario estado de salud, tomó posesión ayer como presidente de Rusia, por un segundo mandato, en una ceremonia relámpago en la sala del Congreso del Kremlin. El acto solemne fue acompañado de campanas al vuelo y 30 salvas de artillería, eco de la batalla que libran en Grozni rusos y chechenos. Yeltsin, probablemente, seguirá otros dos meses con su cura de reposo en un sanatorio cercano a Moscú.

Yeltsin apareció en la sala a mediodía, cuando ya estaban en el escenario el presidente del Tribunal Constitucional, VIadímir Tumánov, el primer ministro, Víktor Chernomirdin, los jefes de ambas Cámaras del Parlamento, Yegor Stróyev y Guennadi Selezniov, el presidente de la Comisión Electoral, Nikolái Riábov, y el patriarca ortodoxo, Alejo II.El líder ruso tenía mal aspecto y caminaba con lentitud y rigidez. Su brazo derecho estaba casi inmóvil, cosa que, durante el banquete que siguió a la breve ceremonia de juramento, hizo pensar a algunos diplomáticos que quizás ha sufrido recientemente un pequeño derrame cerebral. Yeltsin recibió de Riábov el documento que certifica su victoria en las pasadas elecciones, y Stróyev le impuso la Orden del Mérito ante la Patria de primer grado, que se convierte en símbolo del poder presidencial. Las cámaras de televisión no mostraron primeros planos del presidente mientras duraba el acto.

Yeltsin pronunció el juramento con voz fuerte pero temblorosa, leyendo en 45 segundos el texto que corría por una discreta pantalla: "Juro que al ejercer las facultades de presidente de la Federación Rusa respetaré y protegeré los derechos y libertades del hombre y del ciudadano, cumpliré y defenderé la Constitución de la Federación Rusa, defenderé a soberanía y la independencia, a seguridad y la integridad territorial del Estado y serviré lealmente al pueblo".

Quince minutos después de que el presidente subiera al escenario, la ceremonia había concluido. Los festejos continuaron con un banquete, en el que Yeltsin pronunció una breve alocución.

Agradeció a los políticos rusos, dirigentes de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y a los diplomáticos extranjeros "por haber compartido la alegría del día de hoy", según se dice en una nota del servicio de prensa presidencial.

"El tres de julio los rusos realizaron su elección, y por la voluntad del pueblo continuaré la causa comenzada cinco años atrás. El apoyo popular me da el derecho a actuar con decisión y firmeza", dijo Yeltsin, que se veía mejor y más seguro que en la ceremonia de juramento.

Brindó con champaña y permaneció 30 minutos en el banquete, que se prolongó dos horas. Posteriormente, Yeltsin mantuvo cortas reuniones con varios líderes de la CEI, como el presidente de Tayikistán, Emomalí Rajinónov, y el de Ucrania Leonid Kuchina.

Yeltsin no aparecía en actos públicos desde hacía mes y medio, cuando, según fuentes cercanas al Kremlin, sufrió dos crisis cardiacas. El 3 de julio, en la segunda vuelta de las presidenciales, no pudo ir a votar a la circunscripción moscovita donde está inscrito y lo hizo en el sanatorio de Barvija, cerca de la capital. Luego, se retiró allí "a descansar". Regresó esta semana. Lo más probable, se dice en su entorno, es que siga descansando" durante otros dos meses.