TRAGEDIA EN EL PIRINEO

Un aluvión de agua similar sólo se produce "cada mil años"

Los servicios técnicos del Gobierno de Aragón atribuyeron ayer el desbordamiento del barranco de Arás a la virulencia de la tormenta que cayó en la zona y que dejó, según el observatorio meteorológico de ASO, 170 litros por metro cuadrado de agua y granizo en 45 minutos. Esta versión, ofrecida a través de un comunicado, explica que "el caudal punta en el barranco de Arás corresponde al periodo de retorno de más de 1.000 años", es decir que, teóricamente, deben pasar 1.000 años hasta que se produzca otra avenida similar a la del miércoles."Este hecho", prosigue el informe oficial, "lo corrobora...

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Los servicios técnicos del Gobierno de Aragón atribuyeron ayer el desbordamiento del barranco de Arás a la virulencia de la tormenta que cayó en la zona y que dejó, según el observatorio meteorológico de ASO, 170 litros por metro cuadrado de agua y granizo en 45 minutos. Esta versión, ofrecida a través de un comunicado, explica que "el caudal punta en el barranco de Arás corresponde al periodo de retorno de más de 1.000 años", es decir que, teóricamente, deben pasar 1.000 años hasta que se produzca otra avenida similar a la del miércoles."Este hecho", prosigue el informe oficial, "lo corrobora la eliminación del puente de acceso a Yosa, que ha sido totalmente destruido". El puente tiene una altura de ocho metros y una anchura de más de doce. "Otro punto importante es la gran avenida que se produjo en el barranco de Betés", que desemboca en el de Arás, "pueblo en el que se han medido acumulaciones de piedras de 1,5 a dos metros".

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El informe concluye que estos dos frentes han originado que, a partir de la desembocadura del barranco de Betés, varios diques hayan sufrido deterioros, lo que ha supuesto que en el último tramo de mayor pendiente se haya producido la rotura de varios. Y esta circunstancia motivó que el caudal haya arrastrado grandes piedras que atoraron el canal de desagüe del cauce principal, produciendo el desvío de la avenida y la catástrofe".

Tomás Sancho, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), respondió de forma airada con un "de eso ya se les informará" al ser preguntado por los trabajos que se habían realizado en semanas precedentes en los cauces de los barrancos que confluyen en Arás y si habían sido limpiados en los últimos meses.

Guardas forestales confirmaron ayer que los únicos trabajos ejecutados han sido de desbroce, aunque confirmaron que el barranco de Betés, origen inicial de la tragedia según el informe oficial, hace tiempo que no se limpia: "Es un barranco que lleva habitualmente muy poca agua y, como no hay puentes, apenas se limpia. El día de la tromba había en el cauce abundante ramaje y piedras porque después del deshielo de este invierno no habíamos actuado allí".

De hecho, a principios de los años treinta, una tormenta arrastró un autocar y murió su conductor. Un vecino de Biescas explicó, que "entonces no había puente en la carretera. Bajaba muchísima agua. El chófer, que era de Biescas y se llamaba Lacasa, viajaba a Jaca para realizar la línea regular hasta Echo, intentó vadear el barranco, el agua volcó el autocar y murió".

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Agentes forestales y lugareños aseguran que antes de la canalización del Arás el agua bajaba errática, hasta el denominado "cono de deyección", al río Gállego, junto al cámping. La CHE emitió un informe favorable para la construcción del cámping.

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