Un médico británico dice que la mujer que pidió abortar un gemelo ya lo hizo

El anuncio aumenta la confusión en la polémica moral

La controversia nacional desatada en el Reino Unido por el aborto selectivo de un gemelo, solicitado por una madre soltera de 28 años y que tiene ya un hijo, dio ayer un giro inesperado. Robert Winston, uno de los más -prestigiosos expertos en fecundación artificial del país, aseguró a la BBC que la operación "fue realizada hace cuatro semanas y después de muchas discusiones". La confusión ante sus declaraciones fue todavía mayor cuando el Tribunal Supremo concedió el mandato judicial solicitado por la Asociación en Defensa del Niño no Nacido para paralizar hasta hoy la interrupción del embara...

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La controversia nacional desatada en el Reino Unido por el aborto selectivo de un gemelo, solicitado por una madre soltera de 28 años y que tiene ya un hijo, dio ayer un giro inesperado. Robert Winston, uno de los más -prestigiosos expertos en fecundación artificial del país, aseguró a la BBC que la operación "fue realizada hace cuatro semanas y después de muchas discusiones". La confusión ante sus declaraciones fue todavía mayor cuando el Tribunal Supremo concedió el mandato judicial solicitado por la Asociación en Defensa del Niño no Nacido para paralizar hasta hoy la interrupción del embarazo.

Dicho grupo quería que los médicos informaran a la joven acerca de los 10 millones de pesetas puestos a su disposición por dos donantes anónimos. Los ginecólogos se negaban a decírselo para evitar que el nombre de la paciente trascendiera.El Ministerio de Sanidad señaló anoche que investigará ahora por qué el hospital Queen Charlotte no confirmó inmediatamente la fecha de la operación cuando la noticia, publicada primero por el rotativo Sunday Express fue recogida dentro y fuera del país. Aunque sus portavoces han reconocido que médicos y enfermeras deben preservar siempre el anonimato de los pacientes, también añadieron que la dirección del centro se enfrentó a un dilema de difícil solución.

Sus centralitas recibieron ayer miles de llamadas internacionales interesándose por la joven. Ningún comunicante pudo hablarle para pedirle que siguiera adelante con el embarazo. Después, de las declaraciones de Winston, el centro médico indicó que esperaba tranquilidad, "para que la madre pueda concluir la gestación tranquila".

Los grupos pro vida que habían batallado para evitar la intervención se debatían, entretanto, entre la sorpresa y la rabia. En su afán de proteger la identidad de la madre, los ginecólogos que la tratan pensaron que sería mejor no comentarle nada de la suma puesta a su disposición. "Tiene que saberlo. No pueden ocultarle el apoyo público que recibe", protestaron también desde Life, un grupo católico de presión que le había ofrecido acomodo. Phillip Benneth, su médico, ya dijo el lunes que la joven estaba dispuesta, al principio, a interrumpir el embarazo completo. El aborto selectivo de un feto debía hacerse así por razones sociales y el especialista prefería tranquilidad para la paciente.

Sus deseos no convencieron a la Asociación en Defensa del Niño no Nacido, que canalizó el donativo de una pareja cifrado en cinco millones de pesetas. "Es preciso que sepa que hay más alternativas. Otras madres pueden creer que no saldrán adelante por falta de recursos, pero hay otras vías", señaló Catherine Françoise, una de sus miembros.

Otra de las dádivas procede de un empresario británico que comunicó su decisión llamando a la cadena cristiana de radio Premier. En esta ocasión cuatro millones de pesetas podrían ser remitidos a alguna cuenta personal si ella decidía tener los dos hijos. El goteo de presentes no acabó aquí. Life recordó que otro ciudadano mantenía su oferta de 200.000 pesetas. Y la organiza ción antiabortista italiana

Movimiento por la Vida pensaba en girarle 30.000 pesetas mensuales. Una vez supieron que el aborto ya estaba hecho, pidieron que el dinero sirviera para promover la investigación fetal.

[En España, la presidenta de la Fundación Pro Vida de Barcelona y secretaria general de la Federación Española de Asociaciones en Defensa de la Vida, Dolors Voltas, declaró a la agencia Europa Press que su organización estaba dispuesta a ayudar a la gestante británica].

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