GENTE

OTRO ARREPENTIDO

La policía coruñesa no sale de su asombro. En lo que va de año ya ha resuelto dos casos pendientes por entrega voluntaria de los malos. En febrero se les presentó un joven, presa del remordimiento, que había atracado "sin querer" un banco cuando iba a casa de un amigo provisto de una escopeta "para darle un susto" y luego había repartido el millón obtenido entre "gente que lo necesitaba". Días pasados apareció por comisaría Rafael L. G., de 23 años, y confesó que el 25 de abril había robado en una casa joyas por valor de medio millón de pesetas. Sin embargo, al salir, vio un coch...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La policía coruñesa no sale de su asombro. En lo que va de año ya ha resuelto dos casos pendientes por entrega voluntaria de los malos. En febrero se les presentó un joven, presa del remordimiento, que había atracado "sin querer" un banco cuando iba a casa de un amigo provisto de una escopeta "para darle un susto" y luego había repartido el millón obtenido entre "gente que lo necesitaba". Días pasados apareció por comisaría Rafael L. G., de 23 años, y confesó que el 25 de abril había robado en una casa joyas por valor de medio millón de pesetas. Sin embargo, al salir, vio un coche patrulla y las arrojó entre unos arbustos. Cuando intentó recuperarlas, alguien se le había adelantado. Rafael dijo que el síndrome de abstinencia de la heroína lo había empujado a robar y su conciencia a intentar reparar el daño.-

Archivado En