Temor por la vida de Chernomirdin tras el asesinato de su médico
El jefe del Gobierno ruso, Víktor Chernomirdin, asiste hoy en Moscú a los funerales de su médico de cabecera, Dimitri Necháiev, que fue asesinado de un tiro en la cabeza en la noche del viernes al sábado pasado cuando salía de su coche oficial en compañía de su esposa. El doctor Necháiev no tenía aparentemente actividades comerciales que pudieran explicar una acción contra él, y tras su muerte, las autoridades rusas han incrementado las medidas de seguridad para proteger a Chernomirdin, según informó la agencia Interfax.Necháiev solía acompañar al primer ministro en todos sus viajes y, en 1993...
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El jefe del Gobierno ruso, Víktor Chernomirdin, asiste hoy en Moscú a los funerales de su médico de cabecera, Dimitri Necháiev, que fue asesinado de un tiro en la cabeza en la noche del viernes al sábado pasado cuando salía de su coche oficial en compañía de su esposa. El doctor Necháiev no tenía aparentemente actividades comerciales que pudieran explicar una acción contra él, y tras su muerte, las autoridades rusas han incrementado las medidas de seguridad para proteger a Chernomirdin, según informó la agencia Interfax.Necháiev solía acompañar al primer ministro en todos sus viajes y, en 1993, supervisó una operación a base de ultrasonido para quitarle una piedra en el riñón. En Rusia se considera que los médicos de la élite dirigente están especialmente expuestos a la violencia. Así, el médico del último zar fue asesinado en Yekaterinburgo junto a la familia real en 1918 y, en los años treinta, los grandes procesos estalinistas comenzaron con los médicos del Kremlin, quienes a principio de los años cincuenta volvieron a ser objeto de una nueva persecución, interrumpida por la muerte de Stalin.
La muerte de Necháiev ocurrió sobre el telón de fondo del clima de inseguridad que se respira en la capital rusa en vísperas del Primero de Mayo, fecha para la cual ha sido reforzada la policía de Moscú. La posibilidad de que se produzcan choques entre manifestantes radicales y policías es uno de los quebraderos de cabeza de Guennadi Ziugánov, jefe del Partido Comunista de Rusia, que ha exhortado a sus partidarios a conservar la calma y no caer en provocaciones.