La mayoría de la colonia española decide quedarse

La mayoría de la exigua colonia española que reside en Liberia ha decidido permanecer en el país. Según señaló desde la Embajada de EE UU en Monrovia el cónsul honorario de España, Manuel Cuenca, la treintena de españoles que se encuentran en esta república africana de esclavos libertos creada a mediados del siglo XIX están bien y son partidarios de quedarse en Liberia mientras la situación no se haga insostenible. Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid revelaron ayer que cinco españoles se encuentran en dependencias de la Embajada de EE UU a la espera de ser evacuados, al ...

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La mayoría de la exigua colonia española que reside en Liberia ha decidido permanecer en el país. Según señaló desde la Embajada de EE UU en Monrovia el cónsul honorario de España, Manuel Cuenca, la treintena de españoles que se encuentran en esta república africana de esclavos libertos creada a mediados del siglo XIX están bien y son partidarios de quedarse en Liberia mientras la situación no se haga insostenible. Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid revelaron ayer que cinco españoles se encuentran en dependencias de la Embajada de EE UU a la espera de ser evacuados, al igual que el cónsul y su esposa, que ha advertido a la colonia del riesgo que corren cuando concluya el puente, aéreo organizado por Washington. Otros tres españoles que trabajan para la ONG Acción Internacional Contra el Hambre (AICF) llegaron ayer a Freetown.

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Entre los que han decidido permanecer en Liberia pese al riesgo de que la guerra se reanude figuran seis madereros que residen en Buchanan, al sur del país. Alejandro Gallego, de AICF, relató ayer desde Tabou, localidad de Costa de Marfil junto a la frontera sur de Liberia, que el flujo de liberianos que huyen a pie y en canoas se ha redoblado en los últimos días. En Costa de Marfil viven refugiados 300.000 liberianos.

También han optado por quedarse cuatro misioneros españoles de los Hermanos de San Juan de Dios, que trabajan en el hospital de Saint Joseph, la clínica mejor equipada de la capital, que en octubre pasado -cuando se iniciaba la reconstrucción de un país devastado- inauguró nuevos almacenes y un grupo electrógeno financiado con ayuda de la Unión Europea. Junto a los misioneros se encuentran dos hermanas hospitalarias españolas que trabajan en el mismo centro médico y otras seis del Sagrado Corazón de otra clínica a las afueras de Monrovia. Todos ellos han preferido resistir, trabajar y ver.

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