Tribuna:

Paradojas económicas

La economía es una ciencia compleja y a veces difícil de entender. Obsérvese algunos titulares de complicados acontecimientos recientes: El aumento del empleo hace caer la Bolsa en EE UU y arrastra a las europeas; No se preocupe si la Bolsa cae, puede ser una buena noticia; o el más antiguo de la primera página de un diario de información general: La Bolsa sufrió ayer caídas generalizadas que sitúan el índice general por debajo del nivel. de apertura del ejercicio. La caída de los valores es consecuencia de las mejoras de las economías francesa y alemana.¿Caben mayores paradojas ...

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La economía es una ciencia compleja y a veces difícil de entender. Obsérvese algunos titulares de complicados acontecimientos recientes: El aumento del empleo hace caer la Bolsa en EE UU y arrastra a las europeas; No se preocupe si la Bolsa cae, puede ser una buena noticia; o el más antiguo de la primera página de un diario de información general: La Bolsa sufrió ayer caídas generalizadas que sitúan el índice general por debajo del nivel. de apertura del ejercicio. La caída de los valores es consecuencia de las mejoras de las economías francesa y alemana.¿Caben mayores paradojas que aquellas por las cuales se produce una consecuencia negativa -las bajadas de las bolsas de valores- a causa de una buena noticia, la disminución del paro o la recuperación económica? En las páginas interiores, los analistas explican las aparentes contradicciones: en el primer caso, que los 700.000 empleos hacen peligrar la inflación y anulan las expectativas de bajada de tipos; en el segundo, que para los inversores que aguantan en el mercado hasta poder disfrutar de una recuperación, un colapso total de la Bolsa sería muy gratificante; y en el último, que el derrumbe de la Bolsa podría estar relaciona do, según algunos expertos, con las mejoras de las economías francesa y alemana (en su momento, no ahora), que alejan las reducciones del precio del dinero. Los profesionales de la economía podrán entenderlo, pero el ciudadano medio tendrá dudas

Además, las buenas noticias económicas quedan amortiguadas casi siempre por efectos secundarios perniciosos. Incluso días gloriosos. en los que bajan los tipos de interés y la inflación sufren borrascas que anuncian que, al mismo tiempo, ha vuelto a incrementarse el paro. No es de extrañar, pues, que se afiance la calificación pesimista y melancólica de la economía como ciencia social, o la definición de Carlyle de los economistas como "respetuosos profeso res de la ciencia lúgubre".

A veces sucede todo lo contrario. Uno de los artículos que permanecerán como referencia sobre lo sucedido en las elecciones del 3 de marzo lo publicó José María Maravall en este periódico (La hora de la política; 8 de marzo). Lo he oído comentar en distintos momentos, pero criticando paralelamente que afirmase que "a diferencia de la que hubiera pasado de ganar las elecciones de 1993, la derecha tiene hoy la ventaja de heredar una economía en buenas condiciones". Ya sabemos que la coyuntura tiene numerosos puntos negros (siempre), entre los cuales el principal es el del desempleo, pero pocos profesionales objetivos dejarán de reconocer que ha habido escasas situaciones históricas en las que los desequilibrios estructurales de la economía española hayan sido menores que hoy.

Si alguien quiere conocer, sin orejeras ideológicas, la realidad económica española y el entorno en el que se mueve, recomiendo, con la objetividad posible, la lectura del anuario España 1995. Un balance, que edita el Colegio de Economistas de Madrid y que acaba de aparecer. Expertos de todas las tendencias diseccionan la coyuntura y pronostican las tendencias.

Recojo como ejemplo la opinión de Andreu Mas-Colell, uno de los economistas más interesantes de este país: "Lo decisivo es que el [año] 95 nos deja una economía que no condiciona la posibilidad futura de la buena política: la de equilibrio macroeconómico en el horizonte europeo, y la de reducción, reducida pero ordenada, del papel económico del Estado. Si ésa no es la política que se adopta después del interregno, no será porque la situación de partida no lo permita, sino porque no es ésa la política que se quiere".

Sería otra paradoja.

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