Cartas al director

Ofensa pública, perdón privado

Un buen día, de ésos del mes de diciembre que anticipan descanso y festejos, un amigo me advierte que mi nombre resulta mencionado en un libro que lleva por título Filesa, las tramas del dinero negro en la política. En otro tiempo el título hubiera resultado intimidante; pero ahora, acostumbrados como estamos a tener que responder a las medidas tipo del perfil de lector que determinada prensa supone que "es" el español medio, me resultó normal.Recuerdo la obra de Pirandello en la que el gorila capturado en África había logrado con empeño y esfuerzo parecer un europeo medio de inteligenc...

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Un buen día, de ésos del mes de diciembre que anticipan descanso y festejos, un amigo me advierte que mi nombre resulta mencionado en un libro que lleva por título Filesa, las tramas del dinero negro en la política. En otro tiempo el título hubiera resultado intimidante; pero ahora, acostumbrados como estamos a tener que responder a las medidas tipo del perfil de lector que determinada prensa supone que "es" el español medio, me resultó normal.Recuerdo la obra de Pirandello en la que el gorila capturado en África había logrado con empeño y esfuerzo parecer un europeo medio de inteligencia media, para arrepentirse inmediatamente. Algo así piensan que somos los periodistas López Galiacho y Berbell Bueno, autores del "clásico".

Con una pluma envidiable, digna del mejor Conrad, desarrollaban una tremenda historia de conspiraciones para sostener de mí que soy un abogado argentino vinculado a determinados personajes de la trama, para afirmar inmediatamente, con alegría y frescura, que soy un ex miembro de la conocida organización ultraderechista Triple A. ¡No era nada lo del ojo y lo llevaba colgando!, como dicen en mi pueblo, ¿y así será el resto del libro? Pues bien, por haber sido yo, como otros muchos, hace unos veinte y pocos años, defensor de presos políticos en mi país, fui perseguido y exiliado en España a causa de la Triple A. Vaya por delante que considero este hecho una cuestión privada, exenta de mérito, que pude haber regresado a Argentina en 1983, cuando Alfonsín, pero que libre y voluntariamente adopté este país sin denigrarlo ni ensalzarlo, simplemente queriéndolo.

Pero también es verdad que la irreflexiva acusación -confundieron "exiliado" de la Triple A con "miembro de...- removió indignación, fantasmas y recuerdos. Inicié mi reclamación pensando en una querella; debo decir que la disculpa de la editorial Temas de Hoy fue inmediata, y pedí una rectificación pública e indemnización de un millón de pesetas para Amnesty, que rechazaron. En fin, disculpas sí, dinero no.

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Pero tampoco fueron públicas las disculpas porque se iban a reflejar en una segunda edición del libro que, como no se vendía bien... no se efectuaría. Meditadas las posibilidades de actuación jurídica a la luz de la reforma del Código Penal, que se les aplicaría por ser más favorable, quizás demasiado favorable, sumado al padecimiento de la actuación judicial -soy abogado en ejercicio- todo quedó en una preciosa acta notarial que recoge meticulosamente disculpas de editor y periodistas, que guardo celosamente para enseñarla a mis hijas, llegado el. caso de que el libro o un comentario llegara a sus manos u oídos y me tomaran por un fascista asesino.-

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