El desinterés en Polonia amenaza el referéndum sobre la privatización

Gran parte de los polacos ignoró los llamamientos de la oposición derechista y se quedó ayer en casa en vez de votar en el referéndum que ha de decidir si en este país se ampliará y acelerará la política de privatizaciones masivas. Una participación inferior al 50% anulará la consulta.La izquierda que gobierna en Polonia desde 1993 no tomó ninguna posición oficial ante el referéndum, pero trató de disuadir a sus seguidores de participar en una consulta que, e n su opinión, está mal preparada y fue convocada por motivos políticos por el anterior presidente, Lech Walesa.

Los datos oficial...

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Gran parte de los polacos ignoró los llamamientos de la oposición derechista y se quedó ayer en casa en vez de votar en el referéndum que ha de decidir si en este país se ampliará y acelerará la política de privatizaciones masivas. Una participación inferior al 50% anulará la consulta.La izquierda que gobierna en Polonia desde 1993 no tomó ninguna posición oficial ante el referéndum, pero trató de disuadir a sus seguidores de participar en una consulta que, e n su opinión, está mal preparada y fue convocada por motivos políticos por el anterior presidente, Lech Walesa.

Los datos oficiales sobre la participación no se conocerán hasta mañana. No obstante, a juzgar por el escaso número de votantes que podía verse ayer en Varsovia, hay grandes probabilidades de que no se alcance el mínimo del 50% de participación, necesario para que el resultado del referéndum sea válido.

De ser así, el referéndum se convertiría en una nueva derrota de la derecha polaca, que intentó movilizar a sus simpatizantes para demostrar que pese a haber perdido en las elecciones generales de 1993 y las presidenciales del pasado otoño dispone de una auténtica fuerza política.

Los máximos representantes de la izquierda, tanto el primer ministro, Wlodzimierz Cimoszewicz, como el presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski, trataron de evitar un choque abierto con la oposición con motivo del referéndum y ambos participaron en la consulta. Al depositar su voto, Kwasniewski advirtió que una baja participación podría influir negativamente en la eventual convocatoria del referéndum constitucional que debe celebrarse en otoño próximo. Cimoszewicz aseguró en un tono conciliador que, incluso si el referéndum resulta no ser válido, su Gobierno tendrá en cuenta la opinión expresada por la mayoría de los votantes.

El referéndum ha de decidir sobre la forma y el ritmo de la privatización de todos los bienes que pertenecen todavía al Estado y a los municipios. Se estima que el valor de esta parte del patrimonio nacional se eleva a unos 3,75 billones de pesetas.

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