'Niños bien'

Los detenidos por el ataque al centro de menores de Torrelodones, uno de los cuales estuvo bajo tratamiento psiquiátrico, son calificados por fuentes policiales como unos niños bien. Ni cabezas rapadas, ni delincuentes. Sólo unos chavales afincados en la zona y con tendencia a las gamberradas. Ésta parece ser también la opinión de la Comunidad de Madrid, cuyos representantes en el área de Servicios Sociales han considerado los hechos como "no graves". "El niño se curó a los tres días", llegaron a decir a este periódico.

La descripción de los testigos, sin embargo, sitúa a los...

Los detenidos por el ataque al centro de menores de Torrelodones, uno de los cuales estuvo bajo tratamiento psiquiátrico, son calificados por fuentes policiales como unos niños bien. Ni cabezas rapadas, ni delincuentes. Sólo unos chavales afincados en la zona y con tendencia a las gamberradas. Ésta parece ser también la opinión de la Comunidad de Madrid, cuyos representantes en el área de Servicios Sociales han considerado los hechos como "no graves". "El niño se curó a los tres días", llegaron a decir a este periódico.

La descripción de los testigos, sin embargo, sitúa a los supuestos agresores muy cerca de los denominados bakaladeros, una nueva tribu urbana de ambigua ideología a la que se relaciona con numerosas agresiones, como el asesinato en enero de David González en el distrito madrileño de Moncloa.

Otro dato llamativo reside en la decisión judicial de dejar a los detenidos en libertad sin fianza. En la carpeta del caso, según fuentes judiciales, no consta que se les impusiese fianza, sólo que se les tomó declaración y, acto seguido, se les dejó en libertad. El juzgado -que desde entonces ha cambiado de juez- pretende ahora citarles para nuevas declaraciones.

Entretanto, el pequeño Manuel ha vuelto a corretear por el patio del colegio con su hermano de siete años, quien el día de la agresión le acompañaba. Ambos proceden de Cabo Verde. La recuperación del niño ha sido dolorosa, según la directora del centro. La hospitalización, las gotas y los vendajes no eran del agrado del crío.