ELECCIONES 3 DE MARZO

Objetivo: mejorar la seguridad en las calles

Presidente de Jóvenes contra la IntoleranciaPadre de un joven asesinado en MadridToxicómano y ex atracador de bancos

La seguridad ciudadana, un asunto que fue uno de los ejes de anteriores campañas electorales, no tiene el mismo protagonismo en la presente (al menos por el momento...). La policía interpretra que ello se debe a que en el último año se han rebajado los índices de criminalidad, sobre todo en lo referente a atracos y tirones, modalidades delictivas éstas que tienen gran influencia en la seguridad callejera de las grandes urbes. No obstante, el fiscal general del Estado, Carlos Granados, reconoce que hay una importante cifra negra de delitos que los ciudadanos no denuncian por los más diversos mo...

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La seguridad ciudadana, un asunto que fue uno de los ejes de anteriores campañas electorales, no tiene el mismo protagonismo en la presente (al menos por el momento...). La policía interpretra que ello se debe a que en el último año se han rebajado los índices de criminalidad, sobre todo en lo referente a atracos y tirones, modalidades delictivas éstas que tienen gran influencia en la seguridad callejera de las grandes urbes. No obstante, el fiscal general del Estado, Carlos Granados, reconoce que hay una importante cifra negra de delitos que los ciudadanos no denuncian por los más diversos motivos. Los principales partidos políticos coinciden en que es necesario aumentar la "presencia policial" en las ciudades. Interior acepta que éste es un buen método para combatir la sensación de inseguridad, algo que en muchas ocasiones se basa en una apreciación más psicológica que real.

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La seguridad ciudadana ha sido uno de los temas centrales de anteriores campañas electorales. En la presente no parece que vaya a ocurrir lo mismo, al menos por el momento. "Eso prueba que no lo estamos haciendo tan mal", se apresura a argumentar un alto mando policial.Sin embargo, es probable que la seguridad ciudadana vuelva a ser objeto de viva polémica política y social cuando a finales del próximo mayo entre en vigor el nuevo Código Penal y se produzca la previsible excarcelación de unos 2.000 presos. Esto, sin duda, dará pie a algunos a sostener posiciones. apocalípticas.

En la última memoria del fiscal general del Estado, Carlos Granados, consta que los jueces incoaron 2.563.379 diligencias previas en 1994, lo que supone unas 137.000 más que el año anterior. El mismo Granados advierte que "son muchos los procedimientos que se inician por diligencias previas que concluyen por archivo" al comprobarse que no revisten caracteres de de lito. Pero también - reconoce que "son considerables" los hechos que no se denuncian "por razones morales, falta de fe en la justicia, ahorro de molestias, temor a posibles represalias, amenazas o arreglo tácito", lo que origina las llamadas cifras oscuras o negras de la delincuencia.

Es innegable que las estadísticas no reflejan con exactitud el número de delitos ni de delincuentes reales, aunque sirven para tener una idea aproximada del índice de criminalidad. Y, claro, cada uno puede hacer esa aproximación según su particular visión.

Los delitos contra la propiedad siguen representando aproximadamente las dos terceras partes de los denunciados, manteniéndose esta tendencia duran te los últimos años. En 1994, los españoles denunciaron 105.689 robos con violencia o intimidación, modalidad ésta que es una de las principales causantes de inseguridad ciudadana. Los hurtos -unos 500.000-, las estafas y las apropiaciones indebidas continúan en ascenso desde 1991, lo que parece confirmar lo dicho por grandes maestros del derecho, especialmente los representantes del positivismo criminológico italiano, quienes pronosticaron la progresiva disminución de la criminalidad violenta y el aumento de la delincuencia basada en la astucia. De hecho, los parricidios, asesinatos y homicidios tienden a disminuir: en el año 1994 se registraron 731 casos, frente a los 1.093 contabilizados en 1993. En las zonas urbanas se produjeron 576 delitos contra la vida, frente a los 641 registrados en 1994, según el Cuerpo Nacional de Policía, de lo que puede deducirse que no es verdad que aumenten los delitos de sangre.

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Esteban Ibarra

"Hay familias que nos llaman desesperadas porque tienen la sensación de que sus hijos están en peligro", dice Esteban Ibarra, presídente de Jóvenes contra la Intolerancia, una asociación en alerta constante ante los casos de violencia protagonizados por rapados.Ibarra opina que en Madrid y varios pueblos de alrededor hay zonas de alto riesgo". Son aquellas en las que se produce una gran aglomeración de chicos durante las noches del fin de semana y donde, por el contrario, "no hay ninguna patrulla ni de la Policía Nacional ni de la Municipal". Tres jóvenes han muerto en Madrid durante os últimos meses a manos de cabezas rapadas, una tribu claramente conectada la ultraderecha, según Ibarra. Éste señala que la policía tiene fichadas en toda España a 2.431 personas vinculadas a grupos violentos, 500 de ellas residentes en Madrid.

José Eduardo González

Mayor presencia policial mayor colaboración de todos los ciudadanos en la persecución de los violentos. Ésta es la fórmula que propone José Eduardo González, padre de un chico recientemente asesinado en Madrid, para atajar el clima de inseguridad que hay en las arandes urbes. "Como hay víctimas que tienen miedo, no denuncian. Y, por otra parte, los testigos de un delito también tienen miedo y tampoco colaboran con la policía. Yo creo que hay que romper este círculo vicioso. Hay que ser valientes y acabar con la impunidad de los violentos", dice González, cuyo hijo, David, murió acuchillado en Moncloa (Madrid), en una zona frecuentada por estudiantes."Los jóvenes son los mas afectados por la inseguridad ciudadana porque son los que más viven en la calle", se lamenta José Eduardo González.

Miguel Ángel Grande

"No he conocido a nadie que robe para comer, aunque supongo que habrá algún caso aislado". Así de rotundo es Miguel Angel Grande, 39 años, que a los 19 ya empezó tener problemas con la justicia. A causa de eso ha pasado dos lustros de su vida entre rejas."A los 17 años me enganché a la droga... y la forma más rapida de obtener dinero es robarlo", recuerda ahora, mientras está dentoxicándose en un centro del Proyecto Hombre. Con navaja o con pistola, Grande se especializó en atracos a bancos. Hoy da "gracias a Dios por no haber herido nunca a nadie", a pesar de que ser un hombre demasiado violento".

La drogadicción es un fenómeno estrechamente unido a los delitos que influyen en a seguridad ciudadana, señala Miguel Ángel. Pero no es partidario de que el Estado facilite droga gratis a los toxicómanos.

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