Cartas al director

Real 'academiedo'

En una carta publicada en EL PAÍS el día 21 de enero, la señora Alicia María Canto cuenta cómo ella propuso a la Real Academia la creación de la palabra finimilenar, que dicha organízación rechazó por no ser una palabra "bien acreditada en el uso", y vio más tarde, con asombro, que la misma Academia anunció la "creación de la palabra millardo (en realidad, un galicismo: francés, millard), igualmente sin acreditación de uso, a sugerencia del presidente de Venezuela.La señora Canto pregunta si las normas varían según quién sea el proponente.

Probablemente sea así. Lo ...

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En una carta publicada en EL PAÍS el día 21 de enero, la señora Alicia María Canto cuenta cómo ella propuso a la Real Academia la creación de la palabra finimilenar, que dicha organízación rechazó por no ser una palabra "bien acreditada en el uso", y vio más tarde, con asombro, que la misma Academia anunció la "creación de la palabra millardo (en realidad, un galicismo: francés, millard), igualmente sin acreditación de uso, a sugerencia del presidente de Venezuela.La señora Canto pregunta si las normas varían según quién sea el proponente.

Probablemente sea así. Lo extraño sería que fuese de otra manera. Lo que me parece desconcertante a mí, sin embargo, tal vez porque no soy castellanohablante nativo, es el exagerado respeto que tiene la señora Canto, y presumiblemente otros españoles, por la Real Academia. ¿Acaso la RAE es la propietaria de la lengua castellana? ¿Es que ella se siente desautorizada para utilizar esa palabra sin el beneplácito de la RAE?

Desde luego, la lengua castellana no fue inventada por la Real Academia, sino, en cierto sentido, al revés. Lo cierto es que las lenguas son inventadas y transformadas continuamente por todas las personas que las utilizan, a pesar de los esfuerzos de las academias, donde existen, para secuestrarlas y cortarlas a la medida académica, sin la intervención del vulgo. Tal vez, incluso, algunos atrevidos produzcan un día un diccionario del castellano que incluya todas las palabras, tanto actuales como arcaicas y obsoletas, que quedan excluidas del diccionario de la RAE, vergonzosamente pequeño en comparación con el Oxford English Dictionary, con más de diez veces el número de entradas que tiene el de la RAE. Para empezar tal proyecto, no hay momento más adecuado que este tiempo finimilenar.-

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